Damaris Izaguirre
Cambiar la exclusión, la pobreza y desigualdad en
que mantienen a las clases populares, no se logra con
simples promesas y discursos eufóricos, se requiere un
cambio real de la política y una ruptura radical con el
régimen.
La difícil situación económica y la falta de medidas
gubernamentales para subsanar la crisis económica gestaron
el Estallido Social de 2021, que a su vez dio apoyo y un mandato
popular al autodenominado Gobierno del Cambio, que durante
la campaña asumió el compromiso popular de disminuir la pobreza, la
desigualdad, en otras palabras, gestar una sociedad más equitativa e
igualitaria, una verdadera oportunidad para cambiar la exclusión en
que están sumidos Los Nadie y la Colombia Profunda; sin embargo,
a mitad de la gobernatura del cambio sus promesas se desvanecen
como ‘castillos de humo’.
La debacle económica que vive el país se acentúa, porque el régimen
tiene bajo su poder los medios de comunicación, los medios
productivos y la correlación de fuerzas en el poder legislativo, lo que
le permite mantener sus privilegios y sostener el statu quo; a lo que
se agregan los compromisos económicos que adquirió Petro con
el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le exigen mantener el
modelo y la política económica trazada por el Tío Sam, sostener e
incrementar gradualmente los pagos a la Deuda Externa -extremando
la subordinación al imperio del norte-, además de sostener los
enormes beneficios a la plutocracia nacional y multinacional;
convirtiendo la política económica y el crecimiento de la pobreza en
el ‘talón de Aquiles’ de Petro, lo que hace crecer el malestar en la
población en especial en la clase popular.
La mayoría de los cambios hechos por el Gobierno progresista son
cosméticos, los que generan un ambiente artificial de transformación,
cuando en realidad todo sigue igual; sin embargo, los excluidos y los
marginados le apostamos a un verdadero Gobierno de cambio, y este
anhelo popular no puede quedar inconcluso, por lo tanto, estamos
llamando a la continuidad de la lucha social y popular, para sin
titubeos batallar por los cambios y las trasformaciones estructurales
que el país necesita.