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Damaris Izaguirre
La corrupción campea por todo el territorio nacional y
está enquistada en las diversas esferas del Estado; nadie
la combate porque es instrumental al régimen y el sistema
está lubricado por la corrupción, y si esta desaparece el
statu quo colapsa.
La corrupción se ha forjado a la par del Estado y los Gobiernos,
no es un asunto de manzanas podridas o de casos aislados,
se trata de algo sistemático y completamente funcional al
régimen a través del cual sostienen su hegemonía y defienden
el statu quo; no es fortuito que los refranes populares digan que:
‘político que se respete roba’ o que ‘una cosa es en campaña y otra
es gobernando’.

La corrupción es un flagelo que indigna a la gente y la hace
completamente incrédula del Gobierno y de los estamentos de
justicia, este sentir nacional se ha convertido en unos de los pilares
reivindicativos de la lucha popular, y a su vez es una de las principales
herramientas de instrumentalización que utilizan casi todos los
políticos en campaña. Miles de colombianos vieron al proyecto
político que se levantó alrededor de Petro como una alternativa real
para extinguir la corrupción y la transición de un cambio estructural
en el régimen político; sin embargo, aunque el núcleo del Gobierno
progresista no es directamente responsable de la corrupción, si tiene
como pecado mortal rodearse de políticos ligados al viejo régimen
y a sus políticas clientelares, al igual que los camaleones que saltan
de partido en partido y tienen su propia agenda, que en sí misma es
velar por los intereses de los multimillonarios, la trasnacionales y el
régimen.

Construir un cambio no es sinónimo de entregar auxilios o de
hacer discursos que conecten con la gente, eso no es más que
demagogia y una descarada venta de humo; cambiar y transformar
estructuralmente el país tiene implícito romper con el régimen y sus
representantes al igual que deponer el statu quo; además requiere
que el Gobierno acabé con la política de derroche y el nepotismo, que
se crea o no, ha estado presente durante el Gobierno del Cambio.
Señor Petro, quienes votaron por usted esperan que asuma una
posición firme y radical en contra de la corrupción y el régimen, y que
no justifique el derroche y el despilfarro del presupuesto nacional;
no olvide que el cambio empieza por enseñar con el ejemplo y que
estamos hartos de cambios de 360 grados.