Comando Central (COC E)
Los agentes del régimen bloquean en el Congreso de la
República reformas democráticas mínimas, enviando un
mensaje contundente al pueblo: ‘si quieren cambios, búsquenlos
con luchas extra institucionales’.
E l pueblo exige cambios democráticos y la élite dominante
los bloquea, pulso que deja al desnudo tres paradojas
que atraviesan las luchas políticas en Colombia. La
primera paradoja la observa el país, ahora que poderosos
intereses mineros y petroleros bloquearon en el Congreso la
Ley de financiamiento propuesta por el Gobierno, demostrando
que los espacios institucionales de toma de decisiones sirven a
los intereses de la minoría privilegiada, pese a que los intereses
de la mayoría deberían ser los prioritarios.
La segunda paradoja está en que el actual gobierno debía garantizar
el Mandato de cambios que enarboló el pueblo en el Estallido
Social de 2021, pero el viejo régimen obstaculiza cualquier
cambio, entonces, en las elecciones presidenciales de 2026, ¿qué
credibilidad puede tener una plataforma de cambios democráticos,
que diga que los va a realizar si gana el Gobierno? Muy poca, dirán
nuestros lectores. Una situación similar atravesaba Colombia en
los años 60 de siglo pasado, que llevó a Camilo Torres Restrepo,
el gran dirigente popular y sacerdote guerrillero, a reiterar que
las vías legales para cambiar el país estaban cerradas, y que la
oligarquía debía decidir de qué forma iba a entregar el poder al
pueblo, si de manera pacífica o de forma violenta, puesto que, solo
cuando el pueblo tenga el poder, va a gobernar a favor de sí mismo.
La tercera paradoja reside en la política de paz propuesta por
este gobierno, que busca que el Ejército de Liberación Nacional
(ELN), cambie de esencia y desaparezca como fuerza rebelde
que resiste la dominación oligárquica e imperialista, mientras el
mismo gobierno constata, que el viejo régimen en vez de abrirse
a cambiar, se muestra contrario a ceder privilegios y desecha
soluciones políticas y negociadas del conflicto. No hay que olvidar
que para que Colombia cambie, todos debemos cambiar.
La movilización y la lucha de las mayorías nacionales,
ejerciendo una gran presión social es la que va a imponer los
cambios democráticos que requiere Colombia, los que no hay
que esperar que lleguen ganando las elecciones de 2026; a este
proceso democratizador seguiremos sumando las luchas que
hacemos desde el ELN, en consecuencia con nuestra consigna
de estar ‘siempre junto al pueblo’.