UN RÍO PÚRPURA SE TOMÓ A BOGOTÁ
Minerva Mirabal
La Violencia Basada en Género (VBG) es un monstruo que
acecha en las sombras y que no discrimina ninguna clase
social, es un flagelo que crece y crece ante un Estado que
no toma medidas para combatirlo y una sociedad que lo
naturaliza mientras ‘mira para otro lado’.
Algunos nos llaman histéricas o exageradas, pero solo las
mujeres o las que se sienten o se identifican como tal,
entendemos el suplicio en que se ha convertido salir a la
calle, usar transporte masivo y muchas otras situaciones
cotidianas, donde en muchas ocasiones nos agreden, nos maltratan
a veces sin ni siquiera tocarnos y en otras nos mancillan el alma;
muchas aguantan en silencio, porque a veces es mejor callar que
hablar y ser el blanco de las miradas y las críticas.
Hoy no es un sábado cualquiera, hoy la tenue y grisácea jungla de
cemento se transformó de sur a norte y se convirtió en un río púrpura
multidiverso, alegre y explosivo, que a una sola voz por donde pasó
impregnó el aroma a rebeldía y en las paredes imprimió mensajes
de lucha, resistencia y remembranza de tantas que ya no tienen voz.
Pochis y yo maquillamos nuestros rostros con mariposas verdes y
violetas, ella se puso una pañoleta verde y yo una lila, amarramos
nuestras botas, tomamos nuestras mochilas y nos dirigimos a uno
de los puntos de encuentro, para marchar, protestar y gritarle al
mundo que ya es hora de parar esta insana violencia de género, que
va más allá de los golpes o los gritos.
Arribamos al punto de encuentro donde resaltaba la heterogeneidad,
una comunión completamente multidiversa donde pese a la
diferencias éramos una sola; los tambores empezaron a sonar y la
algarabía creció, entre risas empezamos a movernos como un tren al
sur, cambiando el rumbo de lo establecido tratando de transformar
conciencias y que la defensa de nuestros derechos no se quede en
marchas y manifestaciones sino en una lucha diaria, donde todos
los géneros debemos unirnos, porque la opresión y la limitación no
es cuestión de género, sino como dice Lisa Simpson es culpa del
sistema.
El río púrpura hizo un pequeño plantón en el corazón de la localidad
Rafael Uribe Uribe, la batucada amenizó la puesta en escena de dos
performances que visibilizan el feminicidio y el acoso al que muchas
de nosotras somos sometidas a diario. La calle empezó a llenarse
de gente que al ver el tumulto se acercaron a observar, a tratar de
entender y quizá uno que otro a interiorizar nuestros reclamos y
exigencias. El momento cultural fue irrumpido por los pitos y la bulla
desde algunos vehículos de quienes no les importa los problemas
sociales, solo quieren continuar en su burbuja y fingir que todo está
bien, pero la fuerza movilizada fue superior y pese al estruendo de
sus pitos el acto siguió y entre aplausos la movilización retomó su
dinámica.
La movilización siguió avanzando hasta encontrarse con otras
movilizaciones que venían desde otros puntos de la ciudad, para
continuar juntas hasta un punto donde hicimos un gran plantón.
Tras un buen rato de marcha y acercándonos al lugar de destino,
empezamos a escuchar música y frases de lucha y resistencia; al
arribar al sitio, Pochis y yo ‘no cabíamos en la ropa’, la emoción nos
invadió, unas notas melódicas y emotivas conocidas por todas se
escuchaban, tras las notas se escuchó en vivo la frase:
“que tiemble el Estado, los cielos, las calles… que
tiemblen los jueces y los judiciales…”, el éxtasis
se apoderó de todos los que estábamos en el
lugar, cantábamos desafinadas y sin sincronía
pero la magia de la unidad de nuestras voces y
la potencia del mensaje nos hacía sonar como
sopranos.
Tras la efusividad de ese himno de la resistencia
femenina y la lucha de género, vino el silencio
solemne, las velas empezaron a encenderse
y escucharse el nombre de muchas que han
sido violentadas y otras que ya no tienen
voz pero que siempre recordaremos; fue
imposible contener las lágrimas, pero
no de tristeza, sino de impotencia y a su
vez motor de beligerancia, para luchar
por las que no están y hacer de todos
los días un 25N, y entre toda la sociedad
construir un país donde ser mujer no
nos cueste la vida.