ES HORA DE UNA CONSTITUYENTE POPULAR
Damaris Izaguirre
La problemática social y política que afronta el país
no ocurre por falta de leyes, sino porque la corrupción
enquistada en todas la Ramas del Poder, hace que las
políticas de Estado se construyan en favor del régimen y
sus aliados, y no en pro de la clase popular.
El 5 de febrero de 1991 se instaló la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), integrada en su mayoría por políticos del
establecimiento -Partidos Tradicionales- y “desmovilizados” del
grupo guerrillero Movimiento 19 de abril (M-19), encargada
de modificar la Carta Política de 1886 y gestar una nueva, que no
estuviera ligada al dogma católico y desarrollara las bases del Estado
Social de Derecho -de origen burgués-.
No se puede desconocer que la Carta Política de 1991 emanada de
la ANC es un texto garantista en términos de desarrollar un acápite
de Derechos Fundamentales, pero en su esencia es un texto que en
su núcleo enquistó el gen neoliberal, dando cabida a la Apertura
Económica de la década del 90, fortaleciendo la propiedad privada
y el amasijo de grandes capitales en un reducido grupo capitalista.
La propuesta de una nueva ANC esbozada por Petro recientemente,
ha suscitado la reacción del régimen y sus alfiles, quienes no han
bajado de descabellada e inapropiada la propuesta, porque para ellos
“todo anda muy bien” y no es necesario cambiar nada; en eso tienen
razón, pues desde la óptica del régimen, el statu quo incluyendo
la actual Carta Política, es propicia para defender sus intereses.
Desde la óptica popular los cambios estructurales son urgentes y
necesarios, lo que quedó demostrado con el Estallido Social de 2021,
que no tenía como fundamento cambiar el ordenamiento jurídico
ni nada por el estilo, lo único que exigía eran garantías y derechos
reales para cambiar las deplorables condiciones de vida de millones
de colombianos.
De nada sirvió instrumentalizar el Estallido Social en la vía electoral,
de nada servirá hacer una ANC como la del 91, lo que se necesita
es una verdadera Asamblea Popular donde tengan cabida los
excluidos, la minorías, Los Nadie, esto garantiza que los cambios
y las transformaciones, además de ser estructurales estarían
encaminadas a revolver las necesidades básicas insatisfechas, que
llevan más de un siglo sin ser resueltas; porque es vigente y real la
frase que dice que, ‘solo el pueblo salva el pueblo’; así que llego la
hora de la lucha decidida por tener verdadero poder popular.