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Chavela Villamil

Nuestro sistema pensional es deficitario e insostenible
en términos financieros, además a nivel de cobertura y
oportunidad es desprovisto e inequitativo; lo que hace
inaplazable una reforma estructural, que amplié el
número de personas que tienen acceso a la pensión y
nivelar las mesadas.

La Ley 100 de 1993 cambió el Sistema General de Seguridad Social
(SGSS) desestatalizandolo y dando cabida a que el sector privado
pudiera administrar las Pensiones; esto dio lugar a que el Sistema
General de Pensiones (SGP) se dividiera en dos componentes, el
Régimen de Prima Media (RPM) de carácter público (Colpensiones), y
el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) manejado por
las Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP) de carácter privado,
cuyos principales exponentes son: Protección, Porvenir, Colfondos y
Skandia.

Un modelo inequitativo y deficitari

En el RPM se constituye un fondo común de naturaleza pública, para
garantizar el pago de las prestaciones de quienes se pensionen,
donde el monto de la pensión es el 65 por ciento del Ingreso Base de
Liquidación (IBL) [*], para jubilarse las mujeres deben haber cumplido
57 años y 62 años los hombres y haber cotizado mínimo 1.300 semanas.

En el RAIS el afiliado realiza un ahorro individual y escoge la edad
en la que desea pensionarse, siempre y cuando el capital que hayan
acumulado les permita obtener una mesada mensual superior al 110
por ciento del salario mínimo.

El principal problema del RPM radica en que al ser un fondo común
en el que los cotizantes subsidian las mesadas pensionales, su
sostenibilidad está mediada por el ingreso constante de nuevos
aportantes, de lo contrario el sistema se convierte en una Pirámide
Financiera donde los de la base subsidian las pensiones de una élite,
esto lleva a que gran parte de los afiliados al RPM no alcancen la
anhelada jubilación. Esto se ve reflejado en las cifras de cobertura,
que muestra un estancamiento continuado y que se constituye en
tendencia; lo que obedece al déficit de empleo y a la proliferación
del empleo informal, que desemboca en que el SGP sea deficitario
e inequitativo; gran parte de la población laboral esta circunscrita al
subempleo o rebusque, que no genera ningún tipo de aportes al SGSS,
por ende, mientras crece el monto de responsabilidad contractual
con los aportantes, el número de afiliados se decrementa de manera
continuada, haciendo insostenible el pago de las mesadas.

Un paradigma pensional más equitativo y sostenible

Actualmente la reforma pensional presentada por el Gobierno cursa
debates en el Congreso, sin embargo, todo indica que naufragará
al igual que la reforma a la salud. La reforma pensional pretende
transformar radicalmente el modelo pensional, cuyo principal
cambio es la instauración del Sistema de Pilares (SP), que divide la
cobertura en cuatro componentes:

1) Pilar Solidario: entrega de auxilios por 233.000 Pesos a los
adultos mayores de 65 años, que recibirán 200 por ciento más en
comparación con otros gobiernos y beneficiaría a los ciudadanos
que están en condiciones de pobreza e informalidad.
2) Pilar Contributivo: al RPM llegarían los aportes que no excedan
los tres salarios mínimos, mientras que las AFP recibirían todos las
que superen esos montos.

3) Pilar Semicontributivo: aporte a las personas que no se pueden
pensionar, pero que han realizado aportes al sistema.

4) Pilar de Ahorro: busca que las personas con alta calidad adquisitiva
puedan hacer un aporte adicional.

Pese a que se ha dicho que en un Sistema de Pilares los cotizantes
de hasta tres salarios mínimos estarán a cargo de un régimen de
reparto administrado por Colpensiones, no se ha dicho cuáles serán
los parámetros de retiro, en especial de la Tasa de Reemplazo, por
ende, generaría un déficit monetario igual o superior al existente.

Una reforma implica un nuevo paradigma pensional

El principal problema que afronta el sistema pensional del país es que
el déficit de poder adquisitivo per cápita, aunado a la disminución del
empleo formal, ha disminuido el número de cotizantes al sistema en
especial al RPM, desde luego esto tiene repercusión directa en la
disminución del recaudo, lo que genera un déficit en la atención de
las mesadas, haciendo insostenible el SGP por insuficiencia de flujo de
capital, lo que obliga al Estado a asumir los faltantes incrementando
el déficit de gasto social.

El país necesita una Reforma Pensional que no debe ir en detrimento
de los cotizantes, por el contrario, debe tener como eje la amplitud de
su cobertura, la nivelación media de las mesadas y la sostenibilidad
del sistema; por lo tanto, es relevante y conveniente validar la
necesidad de regímenes y determinar si es productivo para el sistema,
funcionar con un único régimen y estandarizar todas las mesadas
al RPM; mientras exista un sistema de ahorro privado donde cada
quien se labre su jubilación y un sistema cooperativo que subsidie
las pensiones, el sistema no solo será inequitativo y deficitario, sino
inviable.