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Comando Central (COCE)

La historia humana es la historia de la resistencia de los pueblos
ante el genocidio y el saqueo de los imperios, por tanto, hay que
recordar que la lucha contra la esclavitud y explotación de los
imperialistas y los colonialistas cava la sepultura de los imperios.

Jhon Stuart Mill, el ideólogo más lúcido del capitalismo,
con absoluto descaro afirmó que: ‘la colonización es el
mejor asunto de negocios en el que puede ocuparse el
capital de un país antiguo y rico. No se aplican las mismas
reglas de moralidad internacional entre las naciones civilizadas
y los bárbaros’.

Sentencia que permite deducir que las naciones llamadas del
capitalismo occidental se consideran las únicas civilizadas,
mientras que nosotros, los pueblos del sur del planeta, apenas
clasificamos para ser bárbaros. Tal supremacismo sustenta el
racismo que caracteriza esa civilización, con la que justifican la
cruel violencia con que realizan el despojo de los bienes naturales
de los pueblos que ellos consideran inferiores; de esta forma la
moral de esos civilizados, aprueba el genocidio y saqueo de los
que tipifican como no civilizados.

La resistencia a este modo capitalista de civilización, inicia con la
lucha porque los pueblos del sur nos consideremos tan humanos
como los demás, con derechos fundamentales inalienables como
los de todos, por esto es meritoria la lucha de resistencia por la
vida y el territorio, que es una lucha por la dignidad del pueblo
y de la nación; de la cual, es un grandioso ejemplo, la lucha del
pueblo palestino para no dejarse exterminar ni que les despojen
su territorio histórico.

Un ministro del Gobierno sionista que domina en Israel, llamó a
los palestinos como una especie sub-humana, para justificar el
espantoso genocidio que adelantan contra este pueblo, crímenes
que son sostenidos desde la metrópoli imperialista con sede
en Estados Unidos y la Unión Europea; por fortuna, la heroica
y sacrificada lucha de la resistencia palestina está venciendo
política, militar y moralmente al imperialismo norteamericano y
a su maquinaria de guerra.

Una gran lección de resistencia nos lega la lucha palestina, gracias
a ella aumenta el desprestigio de la hegemonía del capitalismo, su
colonialismo y su imperialismo, porque ni su modo civilizatorio
ni su máquina de guerra cuentan con la eficacia y respeto, de la
que estaban orgullosos hace varias décadas.