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Himelda Ascanio

Miguel Uribe Turbay, anunció la presentación de un proyecto
de ley para proteger a los liderazgos sociales y después el
presidente Petro organizó un evento de perdón a las víctimas
de la Unión Patriótica (UP). Sobra la retórica mientras siguen
persiguiendo y eliminando al liderazgo popular.

El número de liderazgos sociales y políticos asesinados
hoy sigue en aumento, y la estrategia de aniquilamiento
al movimiento popular, iniciada desde hace décadas y
profundizada por los gobiernos del Uribe (2002-2010),
no ha sido efectivamente confrontada y sigue operando. Según
las cifras del Instituto para el Desarrollo y la Paz -Indepaz- en
lo corrido de 2024 van 142 líderes y lideresas asesinadas.

Esto se constituye en un Genocidio en curso contra defensores
y defensoras de derechos humanos, liderazgos comunitarios,
políticos, mujeres, etnias, jóvenes, trabajadores, en general
todas las expresiones organizativas del campo popular, están
bajo la mira asesina de esta política de exterminio, asociada
con la doctrina de seguridad nacional agenciada por Estados
Unidos y asumida a pie de la letra por la oligarquía, por medio
de sus las Fuerzas Armadas y paramilitares. Situación que no
ha cambiado con el gobierno de Petro.

Cinismo de los asesinos

Justamente uno de los principales genocidas fue el gobierno
de Julio César Turbay Ayala (1978-1982), de reconocidos
vínculos con el narcotráfico, instaurador de doctrinas de
terror de Estado como el Estatuto de Seguridad, para perseguir
y asesinar a opositores, el cual sigue vigente.

Es por ello que resulta una burla cínica que el representante
a la cámara, Miguel Uribe Turbay, nieto del criminal mafioso
Turbay Ayala, pretenda engañar impostando como defensor del
movimiento social colombiano. Además, siendo representante
por el Centro Democrático el partido de Uribe Vélez, agrupación
sanguinaria responsable de los 6.402 asesinatos de civiles
inocentes a quienes presentaron como guerrilleros dados de
baja en combate.

Si Miguel Uribe quiere defender a las víctimas, debe iniciar
por expulsar y denunciar a uribe, el jefe de su partido. Si,
“le duelen las masacres”, debería empezar por separarse de

su partido narco-paramilitar que las promueve. Debería,
de mínima, públicamente pedir perdón a las víctimas de los
gobiernos de Turbay Ayala y de Uribe.

Pedir perdón mientras sigue el genocidio

Son importantes y valiosos los reconocimientos que el Estado
colombiano, bajo la presidencia de Petro, ha hecho como
responsable de la barbarie de los crímenes de Estado y de lesa
humanidad. En poco más de una semana, se han hecho actos de
reconocimiento y solicitud de perdón a la Unión Patriótica y a
los campesinos víctimas del paramilitarismo.

Lastimosamente, mucho de estos importantes y necesarios
espacios de reconocimiento y perdón, son utilizados por el
gobierno como parte de un show mediático. Se utilizan estos

espacios para insistir en el efectismo comunicativo que se
acerca más a la demagogia, ya que no hay un compromiso real
con cambiar el régimen que persigue al liderazgo popular.

El mejor reconocimiento y asunción de la responsabilidad
del Estado que podría hacer el gobierno de Petro, es asumir
la necesidad de cambiar el régimen político colombiano y
no maquillarlo con acuerdos con las mafias criminales que
han gobernado; desmontar la doctrina de seguridad, zafarse
de las órdenes de Estados Unidos y asumir la integración
latinoamericana y multipolar.

Asesinados de esta semana

Martín Emilio Rodríguez, era defensor de Derechos Humanos
quien integró la Red Juvenil de Medellín y fue precursor del
Movimiento de Objeción de Conciencia; fue asesinado el 5 de
octubre de 2024 en Bogotá.

Daniel Nolavita, era líder indígena y autoridad del pueblo
Kogui de la Sierra Nevada; fue asesinado el 7 de octubre de
2024 en Ciénaga, Magdalena.

José Alfredo Yosando Julicue, era firmante del acuerdo de
paz, quien adelantaba su proceso de reincorporación en el
departamento del Cauca; fue asesinado el 7 de octubre de 2024
en Toribío, Cauca.

3 personas fueron asesinadas en Acevedo, Huila; los asesinos
en la madrugada del 7 de octubre de 2024 irrumpieron
violentamente en la vivienda de la presidenta de la Junta de
Acción Comunal de la vereda Playitas, municipio de Acevedo,
Huila.

Jaime Roncancio, era líder, fundador y gerente del proyecto
de turismo comunitario Rompiendo Fronteras del Barrio
Egipto en Bogotá; fue asesinado el 8 de octubre de 2024, en la
localidad de Chapinero en Bogotá.