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Comando Central (COCE)

La crisis que sufre la dominación imperialista de los Estados Unidos
y sus aliados, no la van a resolver abriendo nuevos teatros de
guerra, ni pretendiendo imponer un orden neocolonial recrudecido
a los pueblos del mundo

Es inocultable el declive del poderío de EEUU, cuando
potencias emergentes lo dejan atrás en campos como
la producción, el comercio, la tecnología y el militar;
por esto, la guerra de aranceles lanzada por Trump,
se ha quedado en un alcance limitado. Y por esto mismo, la
potencia norteamericana se asemeja a un gigante agresivo
con ‘pies de barro’, ensañado contra el pueblo palestino y
que ahora, declara la guerra a la República Islámica de Irán.

Cuando el capitalismo como sistema entró en crisis inventó la
globalización neoliberal, que tras décadas de aplicación deja
al planeta más devastado y a miles de millones de personas
empobrecidas y excluidas, para que unos pocos súper ricos
se enriquezcan aún más. Crisis planetaria que es resistida
en múltiples luchas y en todos los rincones del mundo,
con rebeliones que enfrentan la extinción, a la que nos
arrastra este sistema de muerte. En su intento por sofocar
la resistencia y las rebeliones, el imperio lanza guerras en
todas direcciones, que pueden tener una suerte parecida a
la publicitada guerra de aranceles.

En nuestro continente el plan imperialista impone regímenes
de hambre y represión, en Argentina, Ecuador, El Salvador,
Paraguay y Perú, mientras la mayoría de naciones buscan
un camino propio, contrario a la dominación neocolonial de
los EEUU. Por su parte, en Colombia el conflicto interno
sigue el plan del imperio de mantenernos en una guerra
eterna, con la que intenta avasallar la búsqueda de una paz
con justicia social.

Hoy cuando el viejo régimen pugna para que no haya reformas
que beneficien a la población, y amenaza con recrudecer
la represión contra la protesta social y los que planteamos
propuestas de país al servicio de la mayoría, es impostergable
convocar a la sociedad a que formule y se comprometa con
los cambios estructurales, que deben sacar a Colombia de la
crisis centenaria que la aqueja; camino de solución política
del conflicto, que es diferente al orden neocolonial que
Trump se empeña en mantener y consolidar.