
Damaris Izaguirre
Durante décadas Israel, dirigido por Estados Unidos, ha
perpetrado un genocidio continuado contra el pueblo
palestino, mientras la ONU y sus países miembros
‘miran para otro lado’. Hipocresía cómplice de la
muerte de millones de palestinos, ¿hasta cuándo
la humanidad permitirá este Genocidio?
El conflicto entre Israel y Palestina es histórico,
complejo y no se puede reducir a un asunto bélico;
en el fondo, la esencia misma del conflicto está en
la ocupación de Israel sobre la Palestina Histórica, a
quienes ha venido reduciendo a una pequeña franja sitiada;
este apartheid no solo confina a un pueblo, sino que lo
conmina a la extinción social y cultural, cuando el deber
ser sería que Israel desistiera de sus acciones y reconociera
a Palestina como Estado libre y soberano.
El sionismo israelí ha perpetrado y perpetra un genocidio
continuado contra el pueblo palestino, donde el Tío Sam
brinda su apoyo político y bélico, mientras detrás de las
cortinas como un titiritero da la ordenes de ataque y el
despliegue de bombardeos, que deja miles de personas
muertas, muchas de ellas mujeres y niños, que en muchas
ocasiones sucumben mientras esperan la entrega de comida
o ayudas, o mientras son atendidos en centros hospitalarios.
A todas luces las acciones de Israel son violatorias del
Derecho Internacional y de los Derechos Humanos; sin
embargo, la gran mayoría de Estados de manera hipócrita
y cómplice, ´miran para otro lado’, porque tomar acciones
o medidas contra este Genocidio, seria ir en contra de las
órdenes del Imperio norteamericano. Esta actitud hipócrita
y de doble racero ha indignado a millones de personas, que en
todo el orbe se han manifestado y continúan movilizándose,
para exigir la libertad definitiva de Palestina y el fin de la
ocupación y la barbarie israelí.
Meses atrás el Consejo de Seguridad de la ONU profirió una
Resolución que exige un cese el fuego inmediato, “el Consejo
exige un alto el fuego inmediato durante el mes de Ramadán,
respetado por todas las partes, que conduzca a un alto el
fuego sostenible duradero (…) El Consejo pone de relieve la
urgente necesidad de ampliar el flujo de ayuda humanitaria
y reforzar la protección de los civiles en toda la Franja de
Gaza». La ONU en esta y en otras ocasiones ha proferido
resoluciones y medidas de impacto mediático, ‘castillos
de humo’, que hacen pensar que les interesa frenar este
genocidio, pero en realidad solo es demagogia, porque no les
interesa contradecir al Tío Sam.
En este contexto Colombia acogió esta semana la Primera
cumbre ministerial de emergencia del Grupo de La Haya; la
reunión, se llevó a cabo en Bogotá este 15 y 16 de julio, para
coordinar acciones concretas, incluidas “medidas legales y
diplomáticas”, contra el Genocidio que libra Israel contra
el pueblo palestino en la Franja de Gaza. A esta Primera
cumbre asistieron 32 países y 12 de ellos firmaron la
Declaración final: Bolivia, Cuba, Colombia, Indonesia, Irak,
Libia, Malasia, Namibia, Nicaragua, Omán, San Vicente y
las Granadinas y Sudáfrica. Una acción noble y loable que
sientan precedente, pero se contradicen con que nuestro
país continúe siendo parte de la OTAN, alianza bélica que
patrocina este Genocidio.
La indignación y la movilización popular a nivel global ha
generado una creciente ola de solidaridad con Palestina, que
ha conllevado a que diferentes Estados se quiten ‘el velo de
los ojos’ y la mordaza, para empezar a condenar el genocidio
perpetrado por Israel. Hay que empezar a cobrarle a EEUU su
participación en este genocidio y en las diferentes guerras
que siembran a lo largo y ancho del planeta, pero aún
falta mucho para que esto ocurra, el Tío Sam mantiene su
hegemonía en los organismos multilaterales y esto le permite
salir ileso de los genocidios que patrocina; por lo tanto la
unidad popular y la lucha de clases será determinante,
para acabar los genocidios y gestar un mundo con justicia y
equidad.