
Claudia Julieta Parra
Las grandes empresas registran buenos márgenes de utilidad,
pero el grueso de la población exclama: ‘la plata ya no alcanza’,
una causa es la proliferación del trabajo informal, que no da
para suplir las necesidades básicas, por lo que decae el poder
adquisitivo per cápita.
Los reportes oficiales han venido mostrando
decrementos en la inflación y la tasa de ocupación,
aunque esto es medianamente positivo, la
desaceleración constante que vive nuestro país, lleva
a que estos avances no tengan impacto en mermar el costo
de vida, ni mucho menos mejorar el poder adquisitivo per
cápita.
El consumo (regular y ocasional) en sí mismo es el motor de la
economía ya que esto balancea la demanda inducida y genera
el movimiento de masa monetaria, que es el que dinamiza los
mercados; sin embargo, en los últimos años la economía global
ha empezado a mostrar signos de agotamiento y Colombia no
es la excepción, por el contrario, su dependencia del capital
extranjero hace que la deceleración económica, el déficit
de poder adquisitivo y la caída abrupta de la demanda se
sientan con mayor fuerza.
De acuerdo con las recientes proyecciones de Moody’s
respecto al estado del consumidor, en el que analiza el
comportamiento de los hogares en Brasil, México, Chile y
Colombia, resalta que, “aunque todavía se mantiene en terreno
positivo, el gasto de los hogares pierde tracción frente a un
entorno marcado por la persistencia inflacionaria, tasas de
interés elevadas, tensiones fiscales y un crecimiento global
más moderado” [*]. Según esta Calificadora esta tendencia
de declive de la demanda obedece a la pérdida de poder
adquisitivo y en el caso de nuestro país, está ligada al bajo
nivel de ingresos y al aumento de la cartera de créditos de
consumo de bajo monto.
Gran parte de la pérdida de poder adquisitivo está ligada
a la Tercerización Laboral, el desempleo y crecimiento
desaforado del empleo informal o rebusque, que da cuenta
que más del 70 por ciento de la población ocupada está ligada
a la informalidad laboral, lo que genera masa monetaria
circulante, pero no permite que se sufraguen los gastos
básicos, esto genera una burbuja financiera especulativa
que no incrementa el poder adquisitivo per cápita, pero
contribuye al incremento de la inflación, la desigualdad y,
la pobreza multidimensional y monetaria, desencadenando
una caída abrupta de la demanda que desacelera el mercado.
La política económica del país debe estar fundada en favorecer
a todos los colombianos, prioritariamente subsidiar capas
bajas de la sociedad, el sistema actual no genera ni inclusión
social ni sostenibilidad ni mucho menos crecimiento
y productividad, por tanto, se requiere un modelo que
disminuya el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago
de intereses de Deuda Externa) e incremente de manera
integral el Gasto Social.
Subsanar la crisis socioeconómica, dinamizar la economía
y enfrentar su colapso requiere incrementar el poder
adquisitivo per cápita, lo cual demanda favorecer la
producción nacional, una Reforma Laboral que centre sus
esfuerzos en la formalización del empleo, la generación
de nuevas plazas laborales formales y con prestaciones de
ley; en otras palabras, salir de la crisis económica demanda
generar empleo bien remunerado.