Claudia Julieta Parra
Uno de los temas álgidos de la campaña electoral en curso, es
la estabilidad económica y financiera el país. Los Partidos de
la oligarquía endilgan la fuga de capital privado por perdida de
ingresos; sin embargo, los datos refutan estas afirmaciones…
Tras la reciente encuesta de Invamer respecto a
la intención de voto de los próximos comicios
presidenciales, donde quien puntea las encuestas es
el candidato del Partido Político que respalda el actual
Gobierno, voceros de la rancia oligarquía han dicho que el
actual Gobierno ha generado una debacle en la economía del
país y que los mega empresarios, tienen pérdidas millonarias,
que los tiene ad portas de la migración del capital invertido.
Según datos recientes, la mayoría de conglomerados económicos
el año anterior y en lo corrido de este, no han reportado pérdidas,
por el contrario, han incrementado sus utilidades, donde la Banca
es la más beneficiada. El año anterior el sector financiero cerró
con ganancias que oscilan en los 21,6 billones de pesos, 10 por
ciento más que lo ganado durante el 2023. Este 2025, continúa
esta tendencia positiva, al cierre del tercer trimestre del año,
las ganancias de los Bancos ascendieron a 9,6 billones, con un
crecimiento del 52,3 por ciento, frente a septiembre del 2024,
cuando los datos registraron 6,3 billones de pesos.
No se puede negar que en términos globales el crecimiento
económico del país esta ralentizado y que el déficit de poder
adquisitivo per cápita supera el 30 por ciento, en gran medida,
porque la disminución del desempleo se sustenta en el incremento
del empleo informal, lo que genera capital circulante, pero este no
es suficiente para suplir las necesidades básicas de la población
que devenga sus ingresos de la informalidad laboral, lo que hace
que los sectores medios y bajos de la sociedad sientan con más
fuerte la crisis, lo que no pasa con los grandes monopolios y la
Banca, que han recibido grandes incrementos en sus ganancias.
En este contexto el Estado está en mora de generar un nuevo
paradigma económico y financiero, que reduzca el Gasto
Corriente (burocracia, guerra, pago de Deuda Externa),
incremente considerablemente el poder adquisitivo, trace
un plan que incremento del recaudo sostenido o enfocado
en la captación por volumen de capital neto, aumentando la
tributación a los grandes capitales y empresas, con un enfoque
redistributivo; nuevo modelo que permita que los sectores
sociales más bajos tengan un mayor crecimiento respecto a las
demás, para diezmar la brecha de desigualdad.
