
Comandante Nicolás Rodríguez Bautista (Gabino)
Al pueblo colombiano, a las compañeras y compañeros
del Ejército de Liberación Nacional (ELN), los saludo con un
abrazo fraterno, que lleva las motivaciones revolucionarias
y humanistas, al cumplirse el aniversario 61, de esta gesta
insurgente que estamos próximos a conmemorar este 4 de
julio.
Seguir hoy acompañando con nuestros modestos
esfuerzos las luchas del pueblo y la nación, es digno
de resaltar, por todos los retos que hemos tenido que
superar y los sacrificios asumidos, para colocar en
alto la dignidad y el compromiso.
Otras fuerzas guerrilleras hermanas que nos acompañaron en
un trecho del camino, abandonaron la vía del levantamiento
armado y optaron por otros caminos que respetamos, pero
diferimos de ello.
Es verdad que en este más de medio siglo, hay cambios
importantes en la vida del país, el mundo e innegables
desarrollos en la vida de la humanidad.
Sin embargo, en Colombia, a pesar de tales cambios, las
causas económicas, políticas y sociales que originaron el
levantamiento armado y la resistencia popular y guerrillera
siguen vigentes, por ello la legitimidad de la rebeldía como
derecho del pueblo no está en cuestión.
El hecho de que el ELN exista hoy como fuerza insurgente,
en constante desarrollo, manteniendo sus principios, su
programa, sus lineamientos, una estrategia definida y un
hilo histórico coherente, reafirman nuestros puntos de
vista al respecto.
Luego del Estallido Social de 2021 que hizo posible la elección
de un presidente salido de los sectores populares y con un
pensamiento progresista, varios amigos, nos llamaron a
reconsiderar la continuidad del ser insurgentes, para sumar
fuerzas en el gobierno del cambio.
Con este gobierno se establecieron diálogos y se hicieron
acuerdos que tenían como objetivo hallar una Salida Política
al Conflicto, en la vía de solucionar las causas que originaron
el conflicto social y armado en Colombia.
El gobierno incumplió lo acordado, porque mantiene la
misma fórmula de los anteriores: desmovilización, desarme
y reinserción de la insurgencia.
Esa fracasada fórmula no la acepta el ELN, entre otras cosas
porque en diferentes momentos se ha desarrollado y siempre
pierden los guerrilleros, se afecta la lucha por los cambios,
gana la clase dominante y aumenta la violencia.
El ELN sabe que los cambios indispensables para superar las
causas que originaron el conflicto, hacen indispensable la
unión, las alianzas y la coordinación entre todas y todos los
que luchamos por ello, así tengamos diferencias o seamos de
diferente carácter, por eso en las filas de los luchadores no
cabe la exclusión, esta es la práctica impositiva de la clase
dominante.
Todos los esfuerzos por el bienestar del pueblo, suman para
la lucha y no los subestimamos, sin embargo, reiteramos, que
el objetivo esencial de la lucha popular y revolucionaria,
son los cambios económicos, políticos y sociales que superen
las causas, que originaron el levantamiento armado y este
empeño y compromiso lo reiteramos hoy desde nuestro
carácter insurgente.
Nuestro ser internacionalista nos hace solidarios con todos
los pueblos y las naciones del mundo, que resisten y luchan
por su liberación, para quitarse el yugo imperialista.
El criminal genocidio del pueblo palestino, nos sensibiliza
más en nuestro compromiso revolucionario antiimperialista.
Compañeras, compañeros elenos, la firmeza, la lealtad y
el compromiso revolucionario nos hace honrar a quienes
en estos 61 años han dado su vida dignamente, al lado de
innumerables hombre y mujeres del pueblo.
Hoy seguimos sosteniendo en alto sus banderas para gritar
con ellas y con ellos: ¡Ni un Paso Atrás… Liberación o Muerte!