Comando Central (COCE)
Ahora que desde el imperio occidental colocan virreyes en
América Latina y el Caribe, se puede distinguir entre quienes
dentro de Colombia, estamos en contra del neocolonialismo
y por la soberanía nacional, en oposición a la minoría que saca
ganancias con la dominación imperialista.
El libro de los Proverbios sentencia que, ‘un pueblo sin
visión perecerá’, obvio que se refieren a tener visión
propia como nación, que es tener una ruta clara para
ser una nación determinada por sí misma y no sometida
a intereses de potencias extranjeras.
Esta verdad milenaria ayuda a hacer un balance de logros y
faltantes en este campo de la soberanía. Si es por los discursos
sobre Trump del presidente Petro, de este gobierno se podría decir
que es anti imperialista, pero si es por las políticas públicas que
adelanta, hay que caracterizarlo como un gobierno sumiso, a los
dictados de los prestamistas usureros de la banca internacional,
que mantienen a Colombia en estado de esclavitud, porque
apurados alcanzamos a pagarles los intereses de la impagable
Deuda Externa, mientras se acrecienta la Deuda Social.
La esclavitud de los chupasangre neoliberales, obliga a aplicar
sus políticas económicas en beneficio de los grandes capitales, lo
que caracteriza a esta administración, como de izquierda en la
retórica y capitalista neoliberal en sus acciones de gobierno.
Si examinamos la Doctrina de Seguridad que aplica este
gobierno, es la misma dictada hace 8 décadas por el imperialismo
norteamericano, que usa las Fuerzas Armadas y sus paramilitares
para sofocar la rebelión, resistencia y protesta social contra
la explotación capitalista. En esto también, el gobierno es de
izquierda en las palabras, pero belicista en sus planes de represión
a las fuerzas populares.
Para tener visión propia como una nación, en la que el gobierno
y el Estado sirvan a la mayoría de la población, es necesario que
el poder esté en manos del pueblo, porque estamos aprendiendo
hoy, que para resolver los problemas de la mayoría es insuficiente
que exista un gobierno que se auto denomine progresista.
Una estrategia para empoderar al pueblo, exige a las fuerzas
populares que asuman este compromiso, y con determinación
y voluntad política encabecen la lucha por ser una nación auto
determinada, en la que el gobierno le sirva al pueblo, y que la
prioridad sea la conservación y reproducción de la vida, y no
la acumulación del capital.
