Damaris Izaguirre
Históricamente el sistema nos ha sometido a las mujeres a la
discriminación y la segregación, ejerciendo contra nosotras
sobre todo una violencia estructural, que nos aísla política
y socialmente, haciéndonos más vulnerables a la Violencia
Basada en Género.
La violencia contra la mujer es histórica y no se reduce a
los episodios de violencia física que ejercen en nuestra
contra; es diaria, constante, multicausal y lo que es
peor, los Estados la perpetúan, mientras la sociedad
naturaliza la Violencia Basada en Género (VBG) y la vuelve
parte del entorno.
Solo en pequeños lapsos respondemos a estímulos emocionales,
cada vez que se conoce de un feminicidio o de un acto de VBG,
pero esta indignación no va más allá de los post y comentarios
de pasillo, que terminan dejando solas a las víctimas y a las
organizaciones de mujeres, que mantienen una lucha constante
contra este flagelo, que sin titubeos le exigen cambios al sistema
y buscan deponer el patriarcado.
La principal violencia que sufre la mujer pasa inadvertida y ni
siquiera se considera como tal, no es otra que la pobreza a la que
son sometidas millones de mujeres en el país, si bien, este es un
fenómeno que aqueja a gran parte de la sociedad colombiana, ataca
con más fuerza a las mujeres marginándolas y excluyéndolas
aún más; no es lo mismo estar en los cordones de miseria, siendo
hombre que siendo mujer, por el hecho de ser mujeres, el hambre
y la miseria nos ataca doblemente y nos arroja a situaciones de
indignidad, que nos dejan aún más vulnerables.
La desigualdad social es un agravante que hace aún más compleja
la violencia que ejerce el sistema contra las mujeres, el hambre
y el desempleo son variables que afectan a toda la sociedad,
pero recaen con mayor fuerza sobre las mujeres, convirtiendo
a millones de ellas en víctimas por partida doble: ser mujeres y
además empobrecidas.
Más allá de la lucha por sobrevivir, debemos continuar la
gesta, para que la mujer se empodere como sujeto político, lo
cual es algo que se construye día a día, no a expensas de los
hombres sino en unidad con ellos; al fin y al cabo, la VBG al
igual que el empobrecimiento y la exclusión son una lucha,
ante todo de clases; por lo tanto, debemos empoderarnos y
gestar luchas populares, por la reivindicación de todos los
derechos fundamentales inalienables.
