Se desgranan estas letras como granizos como tu ser impecable,

Como tus alegrías,
Como tus tristezas,
Como tú dolor madre,

Sé que lloras por las noches,
Una estrella me lo dijo,
Sé que rezas tus oraciones,
Sé que sufres por la ausencia de tu hijo.

No pienses que por malo,
Ni porque faltaste educarme,
Si hoy no estoy a tú lado,
Tú no eres culpable madre.

Con tú desgastada piel en arrugas,
Sin tus dientes y tú pelo blanco,
Desde estas libertarias junglas,
Con el viento te escribo madre,
Todo lo que te quiero tanto.

Escucha ese llanto a lo lejos,
Mira por tus calles sangre,
Mira tú cansada piel en el espejo,
Y trabajas a tú edad incansable.

Suelta ya esa batea,
Que maltrata tus delicadas manos,
No dejes madre que mis ojos vean,
A tu edad el mismo que hacer inhumano.

Si hoy no estoy contigo,
Yo te siento como la brisa,
Te miro como el bolar de las abejas,
Si lloro en mi soledad es porque maldigo,
Al sistema que exploto las fuerzas de mi querida vieja.

Si hoy camino por los campos,
Con mi fusil disparando libertad,
Si hoy me persiguen unos cuantos,
Son aquellos los enemigos de la paz.

Es por ti que estoy luchando,
Por ese pueblo que muere de hambre,
Por aquella mañana volver a tú lado,
Por la libertad del pueblo madre.

Si al más nunca regresar a tú rebaño,
Porque me pierda entre tinieblas o escondijos,
Conserva este poema bajo tu almohada donde descansan tus pesados años,
Y siéntete muy orgullosa por todo lo valiente que fue tu hijo…