Comando Central (COCE)

Después de tres años del Estallido Social, ejerce un nuevo
gobierno que recibió el mandato de cambios enarbolado
durante estas protestas del 2021. Hoy, los cambios
enfrentan una firme oposición de los poderosos, que se
siguen atravesando a que haya un mejor país para todos.

Tres años después del Estallido Social, cientos de personas
continúan detenidas en las cárceles colombianas o perseguidas
por haberse manifestado, otras sin ser condenadas, han
sufrido juicios sin fundamento, junto a centenares que ya
fueron liberadas pero continúan con causas penales ridículas.

La misma Fiscalía General que pidió cerrar el caso contra el expresidente
Uribe, es la que acusa a cientos de personas de terrorismo, tortura,
secuestro, homicidio, entre otros delitos, pero el verdadero trasfondo
de su encarcelamiento y persecución penal es su participación en las
protestas masivas, que visibilizaron la necesidad de cambios.

Estas personas encarceladas, han dado una batalla tras las rejas
a pesar de la intención clara de silenciarlas, muestra de ello es su
colectivización y organización, exigiendo al Gobierno de Petro
un reconocimiento y la necesidad de buscar salidas a su situación
jurídica, en el entendido que son Presos Políticos recluidos en las
cárceles por haberse opuesto al régimen en las calles.

Una de las causas que motivaron las históricas protestas de hace tres
años, entre otras muchas, fue la exigencia de democratizar al país.
Hoy tres años después del Estallido, se hace evidente que el régimen
político colombiano continúa con la persecución política, sin que
haya muestras de voluntad para acabarla, en cambio la perfecciona
para parecer oculta.

Hoy, sigue siendo una necesidad y una demanda del pueblo
colombiano que la democracia se amplíe, para que el país pueda dar
las transformaciones que requieren las mayorías para su Buen Vivir.
La persecución política es una causa histórica del conflicto social
en Colombia mantenida por el régimen, a pesar de ella el país ha
persistido en la esperanza de cambios, buscando incesantemente
transformar la realidad imperante.

Como causa estructural, la persecución política y el genocidio en
curso debe ser superados para que Colombia pueda transitar hacia
la solución política del conflicto, si el régimen deja de señalar y
perseguir, creará las condiciones para que el pueblo colombiano deje
de buscar los cambios por la fuerza.