
Antonio García, Primer Comandante del ELN
Hablar de lo que está sucediendo en Palestina, en el marco
de las negociaciones que en estos días se adelantan, puede
resultar cargado de incertidumbres.
Pues, mientras los pueblos del mundo esperan un
acuerdo de paz, Netanyahu solo habla de su triunfo,
al lograr traer de regreso a los prisioneros bajo el
control de Hamás, lo demás no le importa.
Lo que sí está claro es que el Pueblo de palestina resistió
y ahí están las caravanas con su gente de retorno a Gaza,
destruida por la barbaridad sionista, pero sigue ahí y con el
sueño de ser reconstruida y vivida.
Lo que ha quedado demostrado es que, miles de guerrilleros
de Hamás y de las otras organizaciones armadas rebeldes
resisten por el derecho a poblar un territorio y ser soberanos
en él, emboscados en túneles que en todas direcciones
recorren el suelo profundo de Gaza, como arterias que
llevan vida a esa ciudad, que se niega a morir y menos a
ser derrotada. También seguramente golpeados como todo
combatiente que lucha, pero no destruidos, muestra de
lo cual es su capacidad para mantener bajo sus armas, en
sus refugios o cuarteles de operación, a dos decenas de los
capturados en la operación que llevaron a cabo, sobre su
Estado enemigo en octubre de 2023.
Ha sido y seguirá siendo una resistencia compleja, en la cual
miles de sus combatientes han caído, pero otros miles de
jóvenes, atacados y bombardeados en un presente doloroso,
lleno de zozobra, y sin futuro de vida cierta, refrescan
sus unidades armadas. La dignidad vuelve y se levanta al
alistarse en armas y mirar de frente a las fuerzas armadas
enemigas. Hay moral de combate, hay conocimiento y dominio
del terreno de operaciones, hay capacidad de movilidad,
hay táctica de combate resumida en lo conocido como ‘la
guerra de la pulga’. Así han resistido a pesar de estar en
inferioridad de condiciones de todo tipo, pero las ruinas de
Gaza tienen ojos en cada edificio u hogar destruido y desde
ahí se levanta la operación militar, que sigue permitiendo el
control del territorio y se lo niegan al genocida israelí.
El deseo de la mayoría de los países del mundo es que se
respete el derecho y la soberanía del pueblo palestino a tener
un territorio, a tener un gobierno propio y un Estado. Pese a
lo anterior, se le ha permitido a Israel realizar ocupaciones
recurrentes del territorio ajeno y negar el derecho de
Palestina. Ahora y siempre su pueblo ha demostrado hasta
dónde está dispuesto a ir por defenderlo.
La lógica de los poderosos radica en que los pueblos y
rebeldes se desarmen, renuncien al derecho a defenderse
a sí mismos, como a sus aspiraciones; renuncia que debe
hacerse solo a cambio de una promesa, que por lo general los
poderosos incumplen y de eso bastante experiencia tienen
los rebeldes y el pueblo palestino.