Sergio Torres
La tradición criminal y corrupta de las FFAA sigue
confirmándose; acabó con el cuentito de las “manzanas
podridas”. Esta vocación criminal viene desde la Doctrina de
Seguridad, que sigue intacta. No hay un real cambio en las
bases doctrinales y configuración del aparato militar estatal.
El pasado 19 de diciembre se confirmó la sentencia contra
el Excoronel Publio Hernán Mejía, otro condenado por
su participación en el asesinato y desaparición de por
lo menos 72 civiles, en las ejecuciones extrajudiciales
conocidas como “falsos positivos”. Durante el proceso dentro
de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Mejía no
aceptó su participación y responsabilidad en los hechos, aun
cuando varios de los exmilitares investigados aceptaron y
confesaron los crímenes cometidos. Por esta razón, la JEP
tomó el caso dentro de los procedimientos para quienes no
aportan al esclarecimiento de la verdad.
En ese sentido, el excoronel Mejía fue condenado por
crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos dentro
del conflicto armado durante los años 2002 y 2003, cuando
fue el comandante del Batallón La Popa en Valledupar.
Razón por la cual fue reconocido como principal responsable
de los asesinatos; algunas de estas víctimas continúan
desaparecidas, la mayoría de ellas provenían del Cesar y el
sur de La Guajira.
Los “aviones” del Ejército
Otro caso que intentó pasar de agache fue la captura de 4
oficiales y 3 suboficiales, entre ellos el comandante de la
Brigada de Aviación del Ejército, coronel Julián Rincón,
capturado en la Base Militar de Tolemaida. Esto como parte
del caso que los responsabiliza por falsear contratos en
favor de una compañía estadounidense, contratada para el
mantenimiento de helicópteros MI-17.
Lo que inició por un caso de incumplimiento de contrato,
terminó siendo un nuevo caso de favorecimiento y falsedad
para la adjudicación. La empresa Vertol Systems tenía
contratado el mantenimiento de 8 helicópteros, para lo cual
recibió 16 millones de dólares, el 50 por ciento del monto
total. Sin embargo, no llegó a cumplir ni el 10 por ciento del
mismo.

El Ministro de Defensa, Pedro Sánchez, esta vez no ofreció
una recompensa, pero sí una sanción a la empresa. Sin
embargo, las investigaciones fueron más allá y se estableció
que había favorecimiento y manipulación de los requisitos,
para beneficiar a Vertol Systems, trama en que el principal
acusado es el coronel Julián Rincón.
El avance de las investigaciones plantea varios interrogantes,
pues no se explica la aprobación del adelanto del 50 por
ciento aprobado por el propio ministro Sánchez, y las
evidentes irregularidades que debieron ser detectadas en
el momento de firmar un contrato, que en total asciende a
120 mil millones de pesos.
Aparato militar podrido
Estos casos se suman a la larga lista de evidencias, que
indican el nivel de descomposición de las FFAA. Los niveles
de criminalidad evidenciados, la barbarie de las ejecuciones
extrajudiciales son aberraciones que deberían obligar a un
cambio en toda la configuración y doctrina. La corrupción al
interior de los cuarteles deja ver los niveles de degradación.
Así las cosas, las FFAA son la principal banda mafiosa del
país; sus relaciones con las bandas narcoparamilitares han
quedado expuestas y hoy son prácticamente públicas en
varias regiones del país.
Un aparato militar en esas condiciones es el equivalente a
un enemigo interno. Mantener la obediencia a la Doctrina
de Seguridad impuesta por los Estados Unidos, es someter
a los pueblos y territorios a la continuidad de la barbarie.
Además, está claro que estas FFAA no defienden la soberanía
nacional ante una amenaza extranjera imperialista; por el
contrario, son sus principales agentes en el país.

El Ministro de Defensa, Pedro Sánchez, esta vez no ofreció
una recompensa, pero sí una sanción a la empresa. Sin
embargo, las investigaciones fueron más allá y se estableció
que había favorecimiento y manipulación de los requisitos,
para beneficiar a Vertol Systems, trama en que el principal
acusado es el coronel Julián Rincón.
El avance de las investigaciones plantea varios interrogantes,
pues no se explica la aprobación del adelanto del 50 por
ciento aprobado por el propio ministro Sánchez, y las
evidentes irregularidades que debieron ser detectadas en
el momento de firmar un contrato, que en total asciende a
120 mil millones de pesos
Aparato militar podrido
Estos casos se suman a la larga lista de evidencias, que
indican el nivel de descomposición de las FFAA. Los niveles
de criminalidad evidenciados, la barbarie de las ejecuciones
extrajudiciales son aberraciones que deberían obligar a un
cambio en toda la configuración y doctrina. La corrupción al
interior de los cuarteles deja ver los niveles de degradación.
Así las cosas, las FFAA son la principal banda mafiosa del
país; sus relaciones con las bandas narcoparamilitares han
quedado expuestas y hoy son prácticamente públicas en
varias regiones del país.
Un aparato militar en esas condiciones es el equivalente a
un enemigo interno. Mantener la obediencia a la Doctrina
de Seguridad impuesta por los Estados Unidos, es someter
a los pueblos y territorios a la continuidad de la barbarie.
Además, está claro que estas FFAA no defienden la soberanía
nacional ante una amenaza extranjera imperialista; por el
contrario, son sus principales agentes en el país.
