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Antonio García, Primer Comandante del ELN

La lucha contra el narcotráfico, en el ELN, es de vieja data. Como
también es vieja la maña del Estado y las Fuerzas Militares
permitir e impulsar que los paramilitares se financien con el
narcotráfico para combatir a la Insurgencia armada, práctica
que viene desde la década de los 90 del siglo pasado.

Jamás en el ELN habrá espacio para «traquetos» o
«narcos» como tampoco para viciosos, a mucho honor.
El sueño de la DEA y la inteligencia del Estado
colombiano ha sido tratar de introducirnos un Caballo
de Troya que esté vinculado a los negocios del narcotráfico
para mostrar la «evidencia», la «prueba reina». Pero siempre
las hemos descubierto y sus planes han fracasado.

No podrán encontrar ninguna prueba, porque no la hay, así
de sencillo. Hemos dicho la verdad, pues no tenemos cultivos,
laboratorios, rutas, pistas, tampoco comercializamos sus
productos. Como lo hemos propuesto, en el momento que
haya oportunidad, podemos adelantar un debate nacional
para abordar con profundidad este asunto del narcotráfico
y en dicho contexto constituir una Comisión Internacional
que verifique o constate si lo dicho por el ELN es verdad y
coherente con su práctica.

amás han capturado a un militante del ELN con un gramo de
cocaína, tampoco han encontrado laboratorio alguno donde se
procese. No existe registro alguno en la justicia que lo haya
probado. Lo que han dicho los medios son montajes de militares
y policías, que nunca han podido ser sustentados, carecen de
toda seriedad.

Como los planes de la DEA y la inteligencia colombiana no les
han funcionado, ahora, Petro pretende que a punta de mentiras
la realidad sea otra, triste labor en la que lo han colocado. Son
puras mentiras que se mantendrán un tiempo dando vueltas
en la «opinión», pero luego todo mundo sabrá que Petro mintió,
es así de sencillo. Es algo que no debemos darle tantas vueltas.
Es cierto o no, pero en la realidad, no porque lo diga Petro.
Entonces podremos decir quién fue el mentiroso: Petro o el
ELN.

Igual aconteció con las mentiras que se dijeron sobre Camilo
Torres, hablaron hasta la saciedad que era bandolero, criminal,
pero ahora ya no pueden sostener lo mismo.

Como Petro sigue escuchando a sus amigos de la Banda del
33, ahora repite que el ELN contrata mercenarios de otras
nacionalidades. Para nada, en el ELN no se le paga a nadie, como
tampoco se recluta. Los combatientes que se incorporan a sus
filas lo hacen de manera voluntaria, todos pasan por escuelas
de combatientes donde reciben formación política, ideológica
y militar. Esa ha sido y seguirá siendo la fortaleza del ELN. La
realidad no es lo que Petro tiene en la cabeza.

El ELN es una organización modesta, administramos con juicio
nuestros recursos, pasamos necesidades a diario. Tenemos que
hacer muchos esfuerzos para conseguir los recursos que se
requieren para adelantar la lucha. Ojalá tuviéramos lo que de
verdad necesitamos, para que nuestros combatientes contaran
con las armas tanto en cantidad como en calidad. Así tendríamos
muchos más combatientes y mejor armados.

Traquetos y mercenarios son la Banda del 33, los laboratorios
que tenían en el Catatumbo estaban en función de procesar,
para ese momento, 12 mil kilos de cocaína para los narcos
mexicanos, dicho por el mismo «cocinero» capturado.

Es sorprendente que Petro reciba información de «inteligencia»
de Rubén Zamora y Felipe Tascón, personajes vinculados
estrechamente con la Banda del 33 y las tome como referencia
para sus actuaciones. Así como también que las Fuerzas
Militares protejan a la banda en el Catatumbo y tan pronto
son atacados por nuestras unidades corren a defenderlos y
terminamos enfrentados con los militares.

¿Alguien ha conocido o escuchado algún combate de las
Fuerzas Militares o de la Policía contra la Banda del 33 en
el Catatumbo? No, no existe. Eso significa que hay una clara
alianza con ellos o hacen parte del Estado. Y como la Banda del
33 sí son «traquetos»; entonces, el boomerang que nos lanzó
Petro le regresó a sus manos, mejor dicho… está de la mano con
ellos.