compártelo

Claudia Julieta Parra

El Déficit Fiscal es bastante grande y los ingresos de la nación
se han visto reducidos, lo que hace insostenible la actual
política de gasto, que obliga al Gobierno a promover una nueva
reforma tributaria, pero hay dudas sobre si esta resuelve la
crisis financiera y económica del país.

Al inicio, este Gobierno trató de realizar una novedosa
reforma tributaria, que planteaba un recaudo de
50 billones de pesos, sobre el cual se construyeron
muchos planes de Gobierno; sin embargo, esa reforma
no superó los 20 billones de pesos, pero si dejo desfinanciado
el presupuesto y el plan de trabajo; esto ligado a una política de
aumentar constantemente el margen de endeudamiento, para
sostener un creciente Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago
de Deuda Externa) -DE-), lo que ha conllevado al incremento
de la crisis del país.

Recientemente el Ministro de Hacienda afirmó que, “el Gobierno
presentará en julio una nueva reforma tributaria con la meta de
recaudar 19 billones de pesos, equivalentes a un punto del Producto
Interno Bruto (PIB)”. La captación de nuevos ingresos puede
ayudar a balancear el hueco fiscal, sin embargo, no es suficiente
con ampliar las fuentes y los montos de los ingresos, de nada sirve
percibir más flujo monetario, si continúan incrementando el Gasto
Corriente y no modifican la política de gasto, que incluye altos
costos burocráticos, gastos suntuosos y una esclavizante Deuda
Externa que consume el 48,23 por ciento del PIB

La futura y las anteriores reformas tributarias aplican el dogma
neoliberal, que sostiene el paquete de extensiones tributarias al
oligopolio y los grandes capitales, formula que ha demostrado que
no dinamiza la economía ni genera empleo formal, solo incrementa
las utilidades de las grandes empresas; mientras sustenta el
recaudo en la captación por masa monetaria, es decir, capta
recursos los grupos mayoritarios, lo que afecta principalmente a
las capas sociales media y baja.

Cualquier propuesta de Reforma Tributaria es inocua sino
depone la aplicación del mandato capitalista neoliberal que
solo sirve a los súper ricos y frena el crecimiento del Gasto
Corriente, pues, de nada sirve incrementar el recaudo sino se
disminuye el gasto; para superar la crisis, la política económica
del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos,
lo que implica el aumento del poder adquisitivo per cápita y
la disminución de los beneficios fiscales y tributarios a los
grandes empresarios.