Comando Central (ELN)
La globalización del capitalismo deja a las naciones más
expoliadas y a los pueblos más hundidos en la exclusión
social, que los obliga a intensificar la lucha contra todos
los sistemas de opresión, dominación y explotación.

En diciembre pasado un Informe del Banco Mundial constató que
«los niveles de deuda sin precedentes y las altas tasas de interés
han llevado a que muchos países hoy se encaminen hacia un
escenario de crisis en el futuro. Se enfrentan a la difícil decisión
de elegir entre pagar la deuda pública o invertir en salud pública,
educación e infraestructura». Con desfachatez anuncian que habrá
más privación de derechos a la mayoría de la sociedad, porque es
prioritario pagar la Deuda Externa a los usureros del Fondo Monetario
Internacional (FMI) hegemonizado por la plutocracia estadounidense.

La tragedia de ruptura social que sufren países como Colombia,
dominados por el capitalismo periférico hace imposible que los
gobernantes logren una cohesión social mínima, que les permita ser
vistos como un buen gobierno que se empeña en pagar la Deuda Social;
en cambio no enfrentan al FMI, mientras el gasto corriente (burocracia,
guerra, pago de DE) lo destinan a mantener la maquinaria represiva del
régimen y a engordar la burocracia estatal, que usan como moneda de
cambio para captar el apoyo de los partidos. Al tiempo que cunde el
desempleo y el rebusque porque la globalización capitalista impone
la quiebra de la producción nacional y coloca al país a depender de las
importaciones.

La liberación social del capitalismo, el colonialismo y el imperialismo
la logran los pueblos mediante la lucha organizada, determinada y
constante, con la que derroten el empobrecimiento y la exclusión, que
niega la participación plena del pueblo en todos los aspectos de la
vida social y los hunde en un inframundo de negación de sus derechos
inalienables. El actual gobierno de Colombia tiene el mandato que le
otorgó el Estallido Social, gestionar los cambios básicos urgentes, que
sean el punto de partida de las transformaciones estructurales que
exige el pueblo.

Salir de la condición infrahumana de ser victimados por la globalización
capitalista, requiere unir fuerzas en América Latina y el Caribe, para con
una sola voz luchar por la cancelación de la Deuda Externa, por hacer
de esta una Zona de Paz, por desarrollar una política antidrogas no
basada en la represión y buscar una integración económica al servicio
de los pueblos y amable con la Madre Tierra.

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