Comandante Nicolás Rodríguez Bautista

El 7 de enero de 1966 en su histórica Proclama a los
colombianos, el sacerdote y dirigente popular Camilo Torres
Restrepo, anunciaba que había decidido vincularse al Ejército
de Liberación Nacional porque en él había encontrado los
mismos ideales del Frente Unido, la organización popular
de masas que él junto a un grupo de estudiantes, obreros
intelectuales y otros, había fundado solo un año antes.

Camilo era entonces la figura política más destacada en uno
de los momentos más altos del auge de la lucha de masas en
Colombia, cuando agitó sin disimulos la urgencia de iniciar
como expresión de rebeldía, la lucha armada revolucionaria
y le dijo a las multitudes que lo aclamaban: ya hemos comenzado,
porque la lucha es larga.

Nadie podía imaginar, que solo 37 días después, el 15 de febrero, diera
la vida en su primer combate produciéndose con ello uno de los mas
duros reveces al movimiento popular y al ELN. Camilo se convertió
así, en símbolo imperecedero de la lucha popular y revolucionaria, al
sacrificar su vida, entrega, la más importante en esos momentos de
gran auge de masas y hervidero de ideas transformadoras y luchas
del pueblo.

En su anuncio de irse a las montañas, Camilo hizo coincidir la fecha
de su Proclama con el primer aniversario de la toma de la población
de Simacota, donde el ELN apareció públicamente anunciándole a
Colombia, que insurgía como organización guerrillera revolucionaria.
El próximo 15 de febrero conmemoraremos 59 años de aquellos
históricos y luctuosos acontecimientos para reiterar que la figura
de este grande de la lucha popular y revolucionaria de nuestro país,
lejos de olvidarse como lo han pretendido las oligarquías y el sector
mas conservador de la iglesia, está presente en las jornadas de lucha
y ha quedado en el imaginario popular, para alzar sus banderas y
darle vida a su legado cristiano revolucionario, en el que la lucha
popular e insurgente se hace ante todo por amor, lo que tiene alto
valor humano y de profunda convicción de darlo todo por lo que se
abraza, asumiendo las consecuencias, tal como Camilo lo escribió
con su vida y ejemplo.

Unos días antes de marcharse a las montañas para vincularse al
alzamiento armado, Camilo había dicho que en Colombia las vías
democráticas para que el pueblo accediera al poder estaban cerradas
y que por tanto era la oligarquía, quien decidía si la lucha del pueblo
por el poder sería por las vías pacíficas y políticas, lo que le implicaba
abrir caminos de democracia, o ese pueblo se abría caminos por la
vía del levantamiento armado ejerciendo el derecho a la rebeldía.

Los acontecimientos políticos y sociales transcurridos desde que
Camilo lanzó al pueblo sus certeras palabras en las plazas públicas,
no dejan duda y esa realidad es la que le ha dado fuerza y coherencia
política al levantamiento armado que el ELN continúa reivindicando.
Valoramos la importancia de los esfuerzos del pueblo y amplios
sectores de las naciones del continente, entre ellos Colombia, que
han encontrado a través de sus aguerridas luchas, la manera de
colocar gobiernos de carácter democrático, alcanzando importantes
logros políticos y sociales, abriendo de esa manera otras formas de
lucha popular para alcanzar sus derechos.

Al examinar tales caminos democráticos encontramos que ellos no
han logrado consolidar el poder popular, para consolidarse debido
principalmente a la acción ilegal, represiva y de perfidia que las
oligarquías con el abierto apoyo del poder imperialista, quienes
actúan contra estas búsquedas democráticas, por lo que el derecho
a la rebelión no riñe ni se le puede negar a los pueblos como parte
de sus esfuerzos para ser libres.

Es necesario desde todas las expresiones de búsquedas por los
cambios indispensables para un destino cierto de los pueblos y las
naciones, no caer en la exclusión que sin duda es fruto de posturas
sectarias y unilaterales que nos dividen o alejan, el mejor ejemplo de
que ello no debe hacer camino entre los revolucionarios, demócratas
y progresistas, en la visión de Camilo y su manera de entender la
unidad popular y de sus dirigentes como único camino para avanzar.
Es la suma, la integración de todas las luchas lo que hace posible
acercar la victoria.

Camilo vive y continúa su camino.