Damaris Izaguirre
Al hablar del sistema educativo los reflectores se centran en
la desfinanciación estatal que limita el acceso a este derecho
fundamental; además, el sistema tiene fallas que lo hacen
caduco e insuficiente para las necesidades de la sociedad y el
desarrollo del país.
Históricamentelaeducaciónpública está
desfinanciada por el Estado, que no destina los
recursos suficientes para hacer inversiones
integrales en el sistema educativo, no solo es la poca
infraestructura, sino también la falta de docentes y la baja
cobertura en especial en las zonas rurales y en la Colombia
profunda, donde la falta de planta docente e infraestructura
hace casi nula la educación y en los pocos lugares donde es
impartida en un mismo salón un solo docente debe dar clases
a estudiantes de primero a quinto de primaria.
El otro gran problema que enfrenta la educación es el
modelo académico aplicado desde la transición hasta la
educación superior, ya que este no brinda las competencias
adecuadas y no permite el desarrollo de competencias
para pensar e interpretar, y la formación básica con un
enfoque interdisciplinario, que permita formar seres con
pensamiento crítico y no simples repetidores de paradigmas,
que solo tiene como perfil suplir la baja demanda de mano de
obra de bajo costo.
Esta situación se exacerba con la gran brecha formativa entre
el sistema privado y el público, lo que acentúa la desigualdad
y marginaliza la educación estatal, convirtiendo esta última
en objeto instrumental al modelo impuesto por el Tío Sam y
avalado por el régimen, ya que al evitar la formación integral
de la población, inhiben cualquier conato de sublevación
y hace susceptible a la manipulación a un gran grupo de
la población, que por falta de conocimientos y acceso a
información independiente, manipulados y adoctrinados
por los medios de comunicación instrumentales al régimen
y a sus intereses de clase.
El más grave problema que afronta en sistema educativo
está en el modelo económico, que engendra hambre, pobreza
y desigualdad, inhabilitando de plano a miles de niños y
jóvenes que por sus condiciones socioeconómicas no pueden
acceder o sostenerse en el sistema escolar, pues ‘con hambre
no se puede estudiar’, la pobreza estructural es una de las
principales causales de la deserción escolar, genera el 37,5
por ciento de la deserción escolar en los diferentes estadios
de la vida académica.
Se esperaba que con el cambio de Gobierno al ser este de
carácter progresista, se lograría ir resolviendo los problemas
estructurales de la educación de manera progresiva, sin
embargo, esto no ha ocurrido y no solo es por falta de
liquidez, realmente obedece a problemas políticos, ya que
este Gobierno aunque posa de ser radical, transformador y
dispuesto a realizar los cambios que mandató el Estallido
Social de 2021; la realidad muestra otra cosa, un Gobierno
incapaz de romper con el régimen y totalmente subordinado
a los intereses del Tío Sam, por lo tanto solo hace cambios y
reformas paliativas que no resuelven los problemas que son
de corte estructural.
La garantía de calidad no la determina el educando ni el
profesorado, si no el Estado que es quien está obligado por
su deber constitucional a garantizar un sistema educativo
oportuno, de calidad, de fácil acceso y de gratuidad en los
primeros niveles; pero esto solo será posible cuando la
unidad popular arrincone al Gobierno y le exija cambios
reales y estructurales en favor de Los Nadie.