
Karina Pacheco
El 8M es más que una fecha conmemorativa de nosotras,
también es una ‘fiesta multicolor’ para celebrar las conquistas
sociales y políticas alcanzadas por las mujeres y el movimiento
popular, que jamás renunciarán a luchar por construir un
mundo con equidad de género.
Sin importar los conatos de lluvia y las nubes grisáceas
que campeaban en varios sectores de la jungla de
cemento, como hormiguitas fuimos saliendo de nuestras
colmenas, para irnos agrupando en diferentes sitios,
que sin importar la distancia o la ubicación, todos convergían
en la fuerza y la pluralidad multicolor que los revestía.
Uno de los puntos míticos e históricos en Bogotá es el Parque
Nacional, que solía ser el único, pero ahora es uno de muchos, pero
siempre el punto de convergencia es la Plaza de Bolívar. El Parque
Nacional que estaba vacío y gris por las nubes que revoloteaban,
se empezó a llenar de diferentes colores y estilos, no solo llegaban
los diferentes colectivos feministas, sino, estudiantes, amas de
casa y toda aquella que quisiera manifestarse y con su grito
hacerse escuchar y recalcar que, la lucha continua.
En poco tiempo el Parque se llenó y la movilización empezó a
recorrer su ruta, en medio del desplazamiento todo era una fiesta
multicolor y plural, desde luego predominaba el morado y el
verde, pero también había infinidad de colores y sectores, todo
acompañado por el sonido de la batucada, las artistas populares,
los ya tradicionales performances que muestran nuestro torso
desnudo, pero no como acción sexista, sino como expresión de
libertad y de pensamiento crítico; desde luego, no faltaron
nuestras hermanas encapuchadas quienes con aerosol en mano,
convertían los muros en imprenta popular: ¡abajo el patriarcado!,
¡las cuchas tenían razón!; y claro, cómo dejar sin rastro alguno los
vidrios de las estaciones de Trasmi, donde diariamente nos vemos
acosadas y ultrajadas, bajo la sombra de un sistema cómplice, que
protege al abusador mientras nos revictimiza y nos hace sentir
“culpables”.
Los titulares de los medios pro-sistema dicen “feministas
vandalizaron fachadas y estaciones de TransMilenio”, pero
la realidad es otra distinta, miles de nosotras, hoy salimos a
marchar para expresarnos y reivindicar nuestros derechos,
para ser la voz de las que no tienen voz, pero sobre todo, nos
manifestamos para recordar que como sujetos políticos, estamos
obligadas a construir un nuevo país, donde el feminicidio sea
un ‘periódico de ayer’.