
Frente de Guerra Oriental
El Frente de Guerra Oriental, Comandante en Jefe Manuel
Vásquez Castaño, del Ejército de Liberación Nacional, ELN,
saluda al pueblo del oriente colombiano, el país, el mundo.
Despierta Colombia, se siguen robando el petróleo’. El
principal interés de la burguesía y los gobiernos de
turno.
La historia de la explotación petrolera en el país
es de saqueo, despojo y violencia, todo bajo la dirección del
régimen corrupto y con la aplicación juiciosa de los diferentes
gobiernos, que entregan la soberanía energética a intereses
privados nacionales y extranjeros.
Petro ‘el judas’ de los pobres, firma y va comprar 16 aviones
de guerra que representa la maquinaria de la muerte,
evidenciando que la inversión social no es el principal
interés de este gobierno.
La guerra disfrazada de protección a la infraestructura
energética, tiene varios capítulos que contar desde el
siglo pasado. Lugar importante de esta guerra ha sido el
establecimiento de los Batallones Viales y Energéticos
financiados con recursos derivados del petróleo, mediante
Acuerdos Macros firmados entre Ecopetrol y las empresas
multinacionales. Detrás de esa supuesta seguridad y
protección han fraguado graves violaciones a los DD.HH.
Con persecución y asesinatos a comunidades y trabajadores,
desplazamiento forzado, amenazas y represión, todo bajo la
doctrina de seguridad del «enemigo interno». Funcionarios
de Ecopetrol están incursos en crímenes, financiando y
actuando junto a grupos paramilitares y estructuras de las
Fuerzas Militares. El Magdalena Medio, Arauca, Casanare y
la Costa Caribe han sido las regiones que más han padecido el
contubernio estatal y paramilitar.
Estas acciones son las que limpian el camino de opositores a
este proyecto y aseguran el despojo. Campesinos y campesinas
han sido expulsados por tener la maldición del oro negro en
sus tierras. Indígenas y comunidades afrodescendientes han
podido resistir, pero son igualmente agredidos. En últimas, el
petróleo sigue saliendo por grandes oleoductos enriqueciendo
principalmente a los capitales multinacionales.
Desde que invadieron el país a comienzos del siglo pasado,
las multinacionales no han hecho otra cosa que saquear,
destruir, contaminar y explotar los recursos naturales y a
los trabajadores. Bajo la protección y amparo de los gobiernos
se han hecho a contratos petroleros que solo las benefician,
los gobiernos se han convertido en agentes y facilitadores
de esta política antinacional y antisoberana.
Los colombianos y colombianas guardábamos la esperanza
que el cambio prometido por Gustavo Petro nos devolvería
la soberanía y garantizaría la independencia energética,
rompiendo el ciclo de acumulación y despojo al que hemos
sido sometidos por más de ¡un siglo! Pero la realidad es otra:
la política petrolera colombiana está tal y como la dejó Uribe
Vélez.
Bajo los gobiernos abiertamente neoliberales, se convirtió
a Ecopetrol en una empresa por acciones, se impuso un
leonino tipo de contratación llamado «Contrato Moderno»,
en donde el crudo pertenece en un 100 por ciento a quien
lo encuentre y sigue siendo así hasta sacar la última gota,
acompañada de la Ley de regalías que establece un piso del
8 por ciento y un techo del 25 por ciento para la nación de
acuerdo a producción, habiendo entregado el 20 por ciento
fijo que se tenía antes. Pues bien, hoy la nación solo recibe
en promedio el 8 por ciento de las regalías.
¿Qué ha hecho Petro frente a esta realidad? Nada. Es más, de
esta situación no se habla, nadie discute, y el gobierno no hace
mas que encubrir el saqueo con discursos de la transición y
las bondades y ganancias de Ecopetrol; ganancias soportadas
por la coyuntura de altos precios internacionales. Al mismo
tiempo, la dependencia hunde al país en la incertidumbre
futura, pues cerca de un 40 por ciento de la producción de
crudo pertenece a las empresas multinacionales, y el 60 por
ciento restante (no más de 500.000 barriles), no alcanza
para el abastecimiento interno.
En resumen, el urgente cambio en política petrolera no llegó
de la mano del gobierno del cambio. Petro ni siquiera fue
capaz de modernizar el capitalismo y el sector se ancló en
un modelo petrolero colonial.
Desde los años 80s el ELN ha levantado no solo la bandera
de la soberanía petrolera, sino que hemos construido con
sectores académicos y populares una propuesta integral de
soberanía y autosuficiencia en el manejo de los recursos
naturales. Hoy, en medio de una coyuntura global de grandes
transformaciones y retos, reiteramos el llamado al pueblo
colombiano y a la sociedad a la unidad, para luchar por
transformaciones de fondo y desde el poder constituyente
decidir cómo y para qué se deben extraer los recursos
petroleros del país
Nuestros esfuerzos se destinarán a realizar las acciones
necesarias para evitar que el saqueo y el despojo se
profundicen y en construir una salida integral de soberanía
y profundo espíritu popular.
2. Por las razones expuestas el FGO en el marco de la
propuesta definida como ELN le vuelve a plantear al Estado
colombiano suspender nuestro accionar militar en contra
de la infraestructura petrolera, a cambio de un monto social
que sea manejado por pueblo pobre representado en sus
comunidades, mientras exista la negativa, los oleoductos
de Caño Limón y Bicentenario continuaran siendo objetivo
militar.
3. Accionar contra los oleoductos:
Caño Limón Coveñas, un total de 23 voladuras en los
kilómetros: 21, 24, 41, 44, 45, 60, 62 (2 veces), 63, 65, 67,
82, 89, 90, 99,101, 110 y 172.
Bicentenario, un total de 5 voladuras en los kilómetros: 202,
214 y 2 válvulas.
¡Colombia para los trabajadores!
¡Ni un paso atrás, liberación o muerte!
¡Ni rendición ni entrega, siempre junto al pueblo!
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Abril de 2025