Claudia Julieta Parra
La debacle social causada por la carestía de los productos
básicos es generada principalmente por la devaluación
del Peso, la dependencia excesiva de las importaciones y
el alto índice de desempleo que reduce el poder adquisitivo
per cápita.
L
a inflación sigue sin poder ser controlada y aunada a la falta
de empleo y la informalización laboral, impactan duramente el
poder adquisitivo y llevan la economía a la recesión. Hasta ahora
las medidas planteadas por el Gobierno han resultado más
perjudiciales que benéficas, porque no se debe atacar el problema
por el lado de la oferta reduciendo la demanda y aumentando el
desempleo, esto generará una caída abrupta por demanda e
incrementaría aún más los precios, y dejaría al país en el umbral de
una crisis alimentaria.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(Ocde), Colombia es la tercera economía con la mayor tasa de
desempleo de los países de la Ocde. En la mayoría de las economías
el empleo bien remunerado es el motor de los mercados, toda vez
que el empleo da solidez a las economías familiares y otorga poder
adquisitivo que inyecta masa monetaria y dinamiza las economías,
en otras palabras, los salarios permiten adquirir productos y esto
hace que las empresas produzcan más y por ende requieran más
empleados, generando la dinamización de la economía.
El Premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz afirma que, “lo
que necesitamos son políticas estructurales y fiscales específicas
destinadas a ayudar a la gente a enfrentar las realidades de hoy; por
ejemplo, los cupones de alimentos para los necesitados, un recorte
impositivo único de ‘ajuste por inflación’ para los hogares de medios
y bajos ingresos, estas medidas podrían estar financiadas por un
gravamen a las rentas monopólicas de los gigantes petroleros,
tecnológicos y farmacéuticos, entre otros, que ganaron una fortuna
con la crisis”.
El sistema actual no genera ni inclusión social ni sostenibilidad
ni mucho menos crecimiento y productividad. Superar la crisis
económica implica Reformas estructurales a los sistemas fiscal,
tributario y productivo; además la dinamización de la economía
requiere un modelo económico que tenga como base el aumento del
poder adquisitivo per cápita, el desarrollo integral y el fortalecimiento
del sistema productivo nacional.