Damaris Izaguirre

Millones de personas viven al día, lo que los mantiene
en una constante incertidumbre, hoy medio comen, pero
el día siguiente quizás no; esta pobreza generalizada
fue la que motivada por el Estallido Social sembró sus
esperanzas de cambio en Petro y lo volvieron Presidente.

Navidad es una fiesta cristiana de naturaleza eminentemente
espiritual que como muchas otras festividades o fechas
especiales, terminó siendo absorbida por el capitalismo y
convertida en una oportunidad de masificar el consumismo,
las personas cegadas por la emotividad de las campañas publicitarias
‘endeudan hasta la camisa’, con tal de comprar productos que en
muchas ocasiones no necesitan.

En contraste con las compras masivas, los almacenes atiborrados,
las cenas suculentas, entre otros, está ‘la tierra de los olvidados’,
donde yacen millones de personas que son tenidos en cuenta por
los “políticos” en elecciones, pero jamás reciben por parte del Estado
programas integrales que superen el asistencialismo, que les brinden
garantías y medios para obtener una mínima calidad de vida, que
por lo menos tengan viviendas con los servicios básicos y contar con
tres comidas al día.

El compromiso de Petro durante la campaña era bastante ambicioso,
por no decir que era una ‘venta de humo’, habló del Gobierno del
Cambio, donde ‘los nadie’ vivirían sabroso; año y medio después,
todo indica que hablaba de un cambio de 360 grados y lo de ‘vivir
sabroso’ solo aplicaba para quienes recibieron cargos en el gobierno.
Las barras petristas y los crédulos que aún guardan la esperanza
de que llegue el Cambio, atribuyen al régimen la imposibilidad de
transformar estructuralmente al país y como mínimo mitigar la
pobreza y la exclusión; la cruda realidad es que el Gobierno de Petro
se hizo elegir con un programa y gobierna con otro; el Gobierno
del Cambio se ha dedicado a negociar con el viejo régimen, por lo
tanto, solo ha realizado paliativos que le dan un pequeño barniz a los
problemas del país, pero que en esencia no solo siguen igual, sino
que se agudizan debido a políticas nefastas, como subir la gasolina
más de 4.000 pesos.

Millones de colombianos viven literalmente en un pesebre, sin
que un gobierno les transforme su amarga realidad; los cambios
estructurales solo son posibles con la lucha decidida y organizada de
la gente, así que como decía Camilo, “la lucha es larga, empecemos
ya”.