Sergio Torres
Coincide el anuncio de la Fiscalía de llamar a juicio a
Álvaro Uribe Vélez, por el escándalo de los testigos falsos,
con el juicio a Ciro Ramírez, excongresista del Centro
Democrático por concierto para delinquir agravado,
cohecho propio e interés indebido en la celebración de
contratos.
El pasado martes 9 de abril, se conoció el comunicado de la
Fiscalía General en el que acusa al expresidente Álvaro Uribe,
bajo los cargos de «presunto determinador de los delitos de
soborno de testigos en actuación penal y fraude procesal».
Cabe recordar que en este caso el anterior fiscal Barbosa había
solicitado dos veces la preclusión de Uribe Vélez, las cuales fueron
desestimadas por los jueces penales. Ahora es la propia Fiscalía
General la que publica que:
“A partir de la evidencia física y los elementos materiales probatorios
recaudados y estudiados por el despacho al cual correspondió este
expediente por reparto hace tres meses, un fiscal delegado ante
la Corte Suprema de Justicia radicó escrito de acusación contra el
exsenador Álvaro Uribe Vélez, como presunto determinador de los
delitos de soborno a testigos en actuación penal y fraude procesal”.
Ahora, el Complejo Judicial de Paloquemao en Bogotá, debe
determinar las fechas de realización de la audiencia y ante cual
juzgado penal del circuito comparecerá. Esta noticia despierta
esperanza en muchos sectores del país, al ver ante tribunales al
principal determinador de varios crímenes en el país, así la recibieron
muchas de las víctimas de crímenes de Estado como las Madres de
las víctimas de los falsos positivos.
Ahora bien, aunque es una noticia importante, está por verse el
rumbo que tome este caso, puesto que los crímenes por los que
Uribe Vélez debiera ser juzgado son muchos y de una magnitud
histórica, más allá de un simple soborno y fraude, de nuevo hay que
recordar las 6.402 víctimas de los llamados falsos positivos que aún
claman justicia.
Marioneta sin hilos
También esta semana fue acusado por la Sala de Instrucción de la
Corte Suprema de Justicia, el Exsenador Ciro Alejandro Ramírez, por
los delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho propio e
interés indebido en la celebración de contratos.
Esta acusación se sitúa dentro del conocido caso de Las Marionetas,
como se le llamó a la red de corrupción dirigida por el exsenador Mario
Castaño al interior del Congreso de la República y el Departamento de
Prosperidad Social (DPS), en el cual entre funcionarios y congresistas
robaron a traves de contratos de obras públicas en al menos 3
departamentos del país entre 2021 y 2022. A este exsenador fue
acusado formalmente de haber interferido y celebrado contratos,
de manera fraudulenta, que estaban a cargo del DPS durante las
vigencias de 2021 y 2022.
Cabe señalar que, aunque estas determinaciones sobre casos de
corrupción son plausibles, son solo la punta del inmenso iceberg de
corrupción y mafias existente en el Estado colombiano. Con esto se
ratifica nuevamente que el principal enemigo de la paz es el propio
Estado colombiano, corrupto en todas sus ramas del poder.