compártelo

Himelda Ascanio

El desarrollo de diversos procesos sociales organizados
genera propuestas y movilización ante los graves
problemas de los territorios. A pesar de situaciones de
persecución a los liderazgos, la organización popular
insiste en la necesidad de cambios estructurales.

Es claro que la continuidad de las agresiones a comunidades,
organizaciones sociales y políticas, sectores y procesos,
buscan un doble desplazamiento o doble asesinato, tratando
de cortar los procesos asesinando sus líderes y lideresas, e
impedir el fortalecimiento de la organización y la defensa de sus
territorios, opciones y pensamientos; es evidente que el Gobierno
no ha enfrentado el problema desde sus propiciadores, razón por la
que se mantiene altos niveles de persecución.

La organización defensora de Derechos Humanos “Somos
Defensores” publicó su informe Puntos Suspensivos [1]; en el que,
nuevamente, se evidencian las cifras durante el 2023, 765 agresiones
contra 712 defensores; la mayoría de los hechos ocurrieron en
diez departamentos: Cauca (193), Antioquia (89), Nariño (67), Valle
del Cauca (65), Santander (49), Bolívar (43), Bogotá (38), Norte de
Santander (36), Magdalena (22) y Córdoba (20); esta lista corresponde
a 622 agresiones, que equivalen al 81 por ciento de lo registrado por
la organización defensora de DDHH.

Cada acción contra un líder o lideresa es un ataque a la construcción
de la paz, a la elaboración de planes de vida de las comunidades,
a la búsqueda de las transformaciones necesarias. La defensa
de la naturaleza y la lucha por la tierra son posiblemente dos de
las actividades de mayor riesgo, ya que son lógicas y dinámicas
contrarias a las que impulsa el viejo régimen narcoparamilitar.

Organizarse y luchar, a pesar de las amenazas

Con todo y esta situación de peligro constante y la continuidad del
genocidio contra los liderazgos sociales y políticos, la organización
y las luchas de comunidades, sectores y pueblos sigue firme y
resistiendo. Una muestra de ello fue el desarrollo de la primera
fase de la participación de la sociedad en la construcción de la
Paz, que logró convocar 78 preencuentros y encuentros de orden
nacional y regional, con la participación de más de 8 mil personas
representantes de 3.132 organizaciones sociales de treinta sectores,
en 35 ciudades y municipios de Colombia.

En dicho proceso se lograron recoger una cantidad importante
de propuestas metodológicas en clave de cada pueblo, sector,
comunidad y formas de organizarse. Esto da cuenta no solo de
la necesidad de protagonismo popular en la construcción de las
transformaciones para la paz. Muestra también la apropiación del
pueblo para la elaboración de un país en condiciones de vida digna
y bienestar.

Hace falta que el gobierno pase de las intenciones a las realidades,
materializar acciones y confrontar los perpetradores del genocidio
en curso. El pueblo está listo para construir la Paz, necesita seriedad
y compromiso.

Asesinados esta semana

León Eugenio García Jiménez, era un reconocido líder comunitario
y defensor de DDHH; fue asesinado el 19 de mayo de 2024 en Toledo,
Antioquia.

Luis Eduardo Cedeño García, era un reconocido líder político y
comunitario, actual concejal de San Vicente del Caguán, Caquetá;
fue asesinado el 19 de mayo de 2024 en San Vicente del Caguán,
Caquetá.

León Eugenio García Jiménez, era un reconocido líder comunitario
y defensor de DDHH, fue asesinado y su cuerpo se encontró el 20 de
mato en el puente nuevo de la Vereda las Margaritas en el municipio
de Toledo, Antioquia.

Luis Oswaldo Yule Palco, era un reconocido líder, quien hizo parte
de la Guardia de la Zona de Reserva Campesina del Municipio de
Corinto -ASTRAZONAC- de la cual fue también su secretario. Además,
era integrante de la coordinación PUPSOC y de la organización
Juventud Rebelde Cauca; fue asesinado con arma de fuego el 21 de
mayo, mientras se desplazaba por el barrio La Castellana en el casco
urbano de Miranda, Cauca.