Sergio Torres

La corrupción tiene tomado el Estado colombiano, un
reciente Informe revela las escandalosas cifras a las
que asciende la plata que se robaron de las entidades
públicas en los últimos 8 años y es el sector de la defensa,
el principal sector corrupto.

El informe lo dio a conocer el Observatorio Fiscal de la Universidad
Javeriana y Transparencia por Colombia, en él presentan los
resultados del análisis de los hechos de corrupción, en el periodo
entre 2016 y 2022. De este se desprende la escandalosa suma
de 21 billones de pesos robados. Incluso el propio informe habla de
137 billones de pesos comprometidos en temas de corrupción.

El No futuro, nada les importa
Según lo expuesto, la niñez fue la población mayormente afectada
por estos casos, el 24,65 por ciento de las víctimas por estos hechos
de corrupción, ya que los recursos robados estaban enfocados en
programas para este sector. Con lo cual se ratifica la voracidad
salvaje y los niveles de indolencia, a la hora de concretar el robo de
recursos, ni los niños y niñas importan.

Tampoco importa el panorama ambiental, en este escenario fueron 53
los casos de corrupción vinculados: “acá hablamos de proyectos viales
y de vivienda subsidiada, que fueron los más afectados, demostrando
cómo la corrupción puede frenar el desarrollo económico y social del
país… resaltando la necesidad de una vigilancia más estricta en la
ejecución de proyectos públicos”, indicó el Director del Observatorio
Fiscal de la Universidad Javeriana [1].

La mayor economía ilícita está en el sector defensa

El Informe dio a conocer los porcentajes de corrupción por cada
sector, Defensa 21 por ciento, Judicial 10 por ciento, Educación 9
por ciento, Vivienda 8 por ciento, Salud 8 por ciento y Transporte
7 por ciento. Lo que destaca un debilitamiento del Estado, en que
la corrupción actúa como un cáncer y justamente los sectores más
contaminados son los que tendrían que garantizar la fortaleza del
mismo y el avance social.

Las propias conclusiones de los investigadores plantean un
panorama de mucha preocupación, pues las dinámicas de corrupción
están muy arraigadas en las instituciones estatales y el Gobierno
de Petro no parece estar haciendo lo necesario para frenarlo, por
el contrario, casos recientes como el de la Unidad Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) permiten pensar que sigue
el enquistamiento en el cuerpo estatal; por esto, los investigadores
convocan a los sectores sociales a que se movilicen en la lucha contra
la corrupción.

“Este no es un problema coyuntural: es estructural, tiene patrones
que se vienen reproduciendo desde hace mucho tiempo y que no han
cambiado con un nuevo gobierno. Y si la sociedad civil y los actores
públicos no somos más activos en la lucha contra la corrupción, van
a seguir reproduciéndose”, aseguró el Director del Observatorio
durante la presentación del Informe.

Dentro de los hallazgos hechos, se encuentra otra evidencia más de
la relación estrecha y articulada de las mafias y el paramilitarismo
con las entidades de este sector estatal de la defensa: “en el 31,8 por
ciento de los casos, participa el Clan Úsuga (clan del golfo), mientras
que en el 28,79 por ciento están involucradas las Autodefensas
Unidas de Colombia (bandas narco paramilitares)”.

Si bien el periodo cobijado por el informe corresponde a los Gobiernos
de derecha de Juan Manuel Santos e Iván Duque, nada hace pensar
que en el Gobierno de Petro haya gran diferencia, pues este es un
cáncer estructural muy expandido en el interior del Estado y sus
instituciones; combatirlo requiere de estrategias y capacidad de
confrontación. Una dinámica que posibilite el cambio profundo en
las lógicas y formas de ejercer la política en Colombia. Un cambio
en las estructuras para edificar con todos y todas un país en paz en
condiciones de vida digna y equidad.