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Comando Central (COCE)

El sistema político dominante está diseñado para
incumplirle al pueblo, por esto, una de las consignas
agitadas en el Estallido Social de 2021, recuerda que ‘No
se rinde el que nació donde por todo hay que luchar’.

Una de las lectoras de este semanario, envió la semana
pasada este apunte: ‘Todos los Gobiernos firman acuerdos y
jamás cumplen. ¿Qué les hizo pensar que a ustedes les iban
a cumplir?’. Retados a responder, traemos a la memoria una
exposición hecha por el gran Camilo Torres el 14 de julio de 1965:

‘Muchas veces nos ensañamos contra el Presidente de la República,
contra los ministros o contra los parlamentos pero especialmente
contra el Presidente. Claro que él también es culpable de que las
soluciones no se apliquen, pero el Presidente es un hombre indefenso
dentro de una cantidad de grupos de presión que hacen lo que
quieren con él y por eso nuestro movimiento no debe pensar en un
Presidente porque ese Presidente subiría dentro del sistema actual
y aunque haya planteado temas revolucionarios, ese Presidente
dentro del sistema actual tendrá que someterse a las mismas
presiones, a los mismos grupos, al mismo sistema que está a favor
de las minorías y en contra de las mayorías.

Hemos hecho muchas veces la carrera de que la oligarquía cuando
está miedosa comienza a tendernos la mano y trata de que pisemos
la cáscara entrando al sistema, entrando en sus garras y acabarnos
definitivamente.

Una de las primeras condiciones es lograr que la clase popular tenga
una conciencia común. Si nosotros no tenemos objetivos comunes,
nos vamos a dividir… no basta la unión por sí sola, es necesaria la
organización… ¿Para qué es esta organización? Es para la toma del
poder’.

La crisis del sistema dominante es la crisis de su democracia
representativa, dentro de ella hay que entender lo dicho por uno
de los voceros de la élite, cuando saludó la llegada de un gobierno
progresista, para ‘hacer una detonación controlada’ de la “bomba”
de indignación que acumuló el Estallido Social de hace tres años.
La salida está en la democracia de la calle, democracia directa que
moviliza a la gran mayoría, para tomar conciencia de sus derechos
como pueblo y como nación, organizarla y luchar por ellos, hasta
lograrlos.