Antonio García, Primer Comandante del ELN

El pasado 22 de enero, llegaron a Quito, Ecuador, el Asesor
Presidencial Especial para las Américas Cristopher Dodd,
Laura Richardson Jefa del Comando Sur, y Christopher
Lambert Subsecretario Adjunto de la Oficina de Asuntos
Antinarcóticos. Una visita de alto nivel

Ya desde el 2018, bajo la presidencia de Lenin Moreno, se
firmaron convenios de intercambio militar, capacitación,
inteligencia, intercambio de información y colegios militares,
un legado adaptado de la nefasta Escuela de las Américas.
En el 2021, Blinken Secretario de Estado de Estados Unidos visitó la
región del pacífico entre ellos Ecuador.

En el 2022, el Congreso de los EEUU aprobó la Ley de Asociación
con Ecuador con el objetivo de contrarrestar la “maligna” influencia
extranjera (Rusia y China) y promover los intereses de EEUU en la
región, pero limitando la autonomía política, asignando recursos
para modernizar las Fuerzas Armadas, incluyendo el uso de la isla
Galápagos como Base Aérea no oficial.

En el 2023, Laura Richardson sorprendería al mundo con declaraciones
sobre la prioridad político militar de EEUU en la región, en el evento
del Atlantic Council, un thinktank con estrechos lazos con la OTAN, allí
fue tajante, franca y directa. Ante la pregunta ¿por qué es importante
América Latina? La general norteamericana sin titubeos respondió:
los estratégicos y abundantes recursos, destacando el triángulo del
Litio (Argentina, Chile, Bolivia), las tierras raras, reservas de petróleo
en Venezuela, los hallazgos en Guyana, el agua, el cobre, oro y puso
especial acento en la Amazonía,

Hoy vemos los resultados de esas visitas y declaraciones: el apoyo
a gobiernos de extrema derecha y a procesos de desestabilización
en países con gobiernos no afines, una serie de medidas ante lo que
consideran “una amenaza para sus intereses”, buscando bloquear el
avance de las relaciones comerciales, de infraestructura y culturales
de China y Rusia con América Latina

La visita de alto nivel de EEUU a Ecuador este año, se constituye
en un “respaldo” al presidente Novoa, pero que esconde sus reales
intenciones en la región.

La historia lo dice con claridad, este tipo de acuerdos con EEUU lejos
de tener buenas intenciones expone seriamente la soberanía de los
países, limita la autonomía de los pueblos y profundiza las lógicas de
dominación.

Pero esto no es nuevo, deviene de un sin número de estrategias como
la Operación Cóndor, el ALCA, Plan Colombia y Plan Patriota, entre
otras, que han sido mecanismos para instaurar dictaduras, apoyar
golpes de Estado, derrocar gobiernos democráticamente elegidos,
pero no afines, provocar inestabilidad, ahora lo nuevo, promover e
impulsar un caos social, miedo e incertidumbre sostenidas ante un
orden multipolar, que pone en jaque sus hegemonías y formas de
dominación.

El presidente Novoa permitió en últimas, este 2024, que el Comando
Sur de los EEUU, controle las Fuerzas Militares y policiales en Ecuador,
establezca nuevamente una Base Militar. El plazo de dicho acuerdo
es de 5 años y la cifra llega a 93,4 millones de dólares. Por la misma
ruta va “el gobierno” de Perú, y no podemos olvidar los ofrecimientos
del Presidente Petro, para que Estados unidos «ayude a cuidar la
Amazonía».

EEUU y la narcopolítica han caminado de la mano, por eso la
guerra de EEUU contra las drogas se enmarca en una estrategia
de militarización, que termina beneficiando al poder financiero e
incrementa la violencia, generando la excusa perfecta para militarizar
la sociedad y la vida misma.

Vale recordar que narcotráfico y política han estado entroncadas en
las guerras de EEUU, en la década de 1980 la CIA trasportó cocaína y
Crack a través de carteles de narcos colombianos y mexicanos, para
financiar a los “contras”, grupo paramilitar que buscaban derrocar al
gobierno sandinista en la Nicaragua de ese entonces.

El narcotráfico en últimas se ha constituido en un instrumento de
intervención militar y acumulación económica para las órbitas del
poder norteamericano.

Investigaciones periodísticas han explicado como la Central de
Inteligencia Americana – CIA – estuvo involucrada en la creación
de la epidemia del Crack en barrios afro – americanos del Sur, han
resaltado cómo la petrolera Halliburton estuvo involucrada en
operaciones especiales relacionadas con el contrabando de heroína
en Irán y el control del 70 por ciento de la heroína que ingresó a
Europa occidental, durante la intervención militar de los EEUU en los
Balcanes en los 90. El Presidente de México Manuel López Obrador
ha manifestado su descontento con el accionar de la DEA en su país,
entre otros ejemplos.

La DEA utiliza la excusa del combate contra el narcotráfico, para
infiltrarse en los países y controlar lo que allí ocurre. Un claro ejemplo
es Colombia donde, a pesar de la presencia militar estadounidense,
los carteles crecen de igual manera como se incrementa la producción
y comercialización de «la droga». En este contexto especialistas
sugieren que la guerra contra las drogas, se presenta como un
negocio que se pone a la par del petróleo, dándoles poder financiero,
político, mediático y militar.
Hablando de narcóticos, resulta entonces el parecido de la DEA con
los gatos, si a estos últimos se los colocara a combatir los chorizos y
los salchichones.