Sergio Torres

Un nuevo ingrediente se agrega al caso del posible intento
de golpe de Estado al presidente; esta vez la corrupción
juega en contra de los golpistas, pues podrían quedarse
en una mayor desventaja en el Senado.

Este viernes 16 de febrero reanudó labores el Congreso de
la República, algo novedoso ya que se adelantó la fecha por
cuenta de la modificación del Artículo 138 de la Constitución
Política, firmado el 6 de julio de 2023, con el que adelantaron
un mes el inicio de las sesiones ordinarias de esta corporación. Esta
reanudación viene con investigaciones a bordo; el fantasma del
Exsenador Mario Castaño y sus Marionetas, no sólo continua sino
que asoma otros componentes.
Este caso tiene enredados a varios Congresistas en ejercicio, la Corte
Suprema no ha logrado garantizar su impunidad y es posible que
tengan que verse obligados a determinar la detención de dichos
congresistas; como ocurrió en diciembre pasado con el Senador
Ciro Ramírez, seguidor del expresidente Uribe, detenido por cobrar
coimas en la contratación de obras, en Quindío y Tolima.

Más Marionetas y titiriteros

Si bien se espera la determinación judicial y se sabe que tratarán de
mantener impunes a los implicados, el caso cobró mucha visibilidad
y ya hubo detenciones, por lo que es muy posible que la justicia
tenga que actuar de igual manera con los Senadores investigados.

Los involucrados son Carlos Abraham Jiménez y Carlos Fernando
Motoa de Cambio Radical, Samy Merheg y Miguel Ángel Barreto
del Partido Conservador, y Juan Felipe Lemos del Partido de la U;
a quienes se les procesa por conformar una red de corrupción en
la contratación, teniendo como socio a Pierre García, director del
Departamento de Prosperidad Social del Gobierno de Duque (2018-
2022), con el que manipulaban la contratación pública.

El tema de fino cálculo político es que de ocurrir las detenciones de
estos senadores corruptos y si aplican la sanción de Silla Vacía, las
cuentas para las movidas dentro del Congreso cambiarían, pues la
oposición quedaría resentida al perder 6 votos, a lo que se agrega
el retiro de la curul que ocupaba Alex Char; es decir que, para la
aprobación de las reformas que el presidente volverá a presentar,
podría tener mejores posibilidades al encontrar una pequeña
mayoría en la coalición de gobierno.

Cálculo político y corrupción

Si bien dicha coalición de Gobierno está pegada con mermelada,
también aplica a la hora de un posible intento de golpe de Estado
jurídico en el que el Congreso tendría un papel muy importante. Cabe
recordar que Petro optó por intentar garantizar su gobernabilidad,
armando coalición con congresistas, con una gran divergencia
mental o ideológica, como los del Partido Verde y el Partido Liberal,
e incluso con parte de los representantes del viejo régimen en el
Partido de la U, coalición que no le ha servido de mucho y si pasa
factura en la legitimidad del gobierno del cambio.

Las maniobras en este sentido no se hacen esperar, por un lado la
Corte Suprema tratará de dilatar el fallo contra estos senadores; y
por otro lado, el gobierno esperará que la oposición se quede sin 6
votos para mandar a debate las reformas y aprovechar la pequeña
ventaja. Tristemente, sino funcionan, Petro seguirá utilizando al
pueblo arengándolo para que salga a manifestarse en las calles.
Llamado que estaría muy bien si fuera continuado y con visos de
protagonismo para la gente que lo eligió; y no lo que parece, “la vieja
confiable” cuando las papas queman y la mermelada no endulza.

Reformas que son lo mínimo que puede ofrecer este gobierno, que
prometió cambios que seguro no podrá cumplir y que tampoco quiso
asumir. El tiempo corre y estaría muy bien que la gente que eligió
el gobierno, que le entregó un mandato por lo cambios, empiece a
definir y ser nuevamente protagónica. El Lawfare a la colombiana
tiene sus grandes matices, una corrupción tan enorme como el odio
de los que intentarían el golpe; a la vez, un pueblo que probó que
resiste y se moviliza cuando le toca y una insurgencia armada que
sigue en pie de lucha. No son ingredientes fáciles como para calcar
la receta.